Wang Yibo pertenecía a una de las familias más influyentes de China, por azares de la vida su familia es asesinada y él moverá mar, cielo y tierra en busca de venganza sin saber que más de un secreto será revelado en el proceso.
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¡Hola! Siento no haber publicado ayer como mencioné que lo haría, tuve problemas con la luz y blah blah blah. Espero que les guste este nuevo capítulo. Me encantaría leer sus comentarios y ver sus votos, à bientôt!
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Narrado por YiBo
Cuando desperté en la mañana tenía a Xiao sobre mi pecho, con cuidado intenté removerme pues no quería despertarlo, resultaría incómodo para ambos vernos en esa posición.
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(Descripción gráfica xD (?))
__ WangJi, quédate quieto un rato más.
Susurró somnoliento, no supe qué decir, simplemente me quedé en silencio disfrutando de la sensación de paz que me daba el estar allí; por un breve instante me sentí en calma, no estaba Qiren para presionarme con la estúpida boda, tampoco estaba atiborrado de papeleo en la oficina, no andaba de niñero con SiZhui: aunque a decir verdad aquello último lo hacía más por gusto que por obligación, mentiría si dijera que el pequeño mocoso no me importaba. En fin, por un momento parecía que todo había acabado.
__ ¡Ah! Eres muy cómodo WangJi, no recuerdo haber dormido tan bien en años.
Dijo Xiao, su voz me sacó del trance y solo asentí ¿Qué debía decir? ¿Gracias? ¿De nada? La puerta sonó, Zhan se levantó de la cama y fue atender.
__ Sr. Lan, el desayuno está servido.
Voceó, me paré de la cama y estiré los músculos antes de caminar a la sala, cogí mi teléfono pero Zhan me lo arrebató antes de que siquiera poder echarle un vistazo.
__ Come primero, lo demás puede esperar, ayer cenaste enojado, ten un buen desayuno al menos.
Lo miré y suspiré, no tenía ganas de discutir tan temprano así que me limité acomodar los platos en la mesa, él hizo lo mismo, tuvimos un desayuno tranquilo, agradable.
__ Hace 13 años que no desayuno en compañía de alguien ¿Sabes?
__ ¿Qué pasó hace 13 años?
__ Mamá murió.
__ Lo siento.
__ Está bien, hasta cierto punto fue mejor. Amaba tenerla conmigo pero odiaba verla sufrir en el proceso, mi egoísta yo siempre le pedía que luchara, pero la fuerza física y mental no siempre van de la mano ¿O si?
En ese momento me percaté lo poco que sabía de él y su historia, me sentía corto de preguntar, no era lo mío, nunca lo fue. Ya casi habíamos terminado de comer cuando mi celular empezó a sonar, lo extendió hacia mí, supongo que su misión de un desayuno tranquilo la daba por realizada.
