15 de Diciembre

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1 P.M.

Estoy muy mala... Hace tres días que me duele muchísimo la cabeza; es como si alguien me la estuviese vaciando. Oscar y Naia no paran de preguntarme qué comí aquel día o qué hice que pueda haberme sentado tan mal, pero yo soy incapaz de recordar nada. Ni siquiera me acordaba de si ya me encontraba mal anteayer... Pero con fiebre o sin ella tendré que ir a ver a Saralyn, que estoy bajando mucho en el ránquing de licanrópos (que ya estaba bastante baja de por si) y Jairo suelta risitas burlonas cada vez que me ve pasar. Cuando sea una mujer-lobo de la élite lo freiré en aceite de oliva y me lo comeré. Uf, no, qué asco. Me extrañaría mucho que mi estómago dejase pasar algo así por su interior. Seguro que su sangre es corrosiva... Bueno, será mejor que me compre una aspirina y me vaya a ver a Saralyn. Oups... Ahora que lo pienso no tengo la menor idea de dónde vive. ¡Maldita sea! Ahora tendré que ir a la sala de ordenadores a buscar un mapa y todos verán que no he abierto un ordenador en mi vida. Bueno, más me vale darme prisa. Quizá todavía es pronto y no hay demasiada gente mirando cosas...

3 P.M.

Bueno, no ha ido tan mal. Cuando he ido, la puerta estaba cerrada con llave y he tendio que ir a ''recepción'' a pedir una. La secretaria (una licántropa llamada Ixchel; es maya y lleva muchísimos siglos en la Mafia Licantrópica. Claro, como es secretaria nunca ha tenido que meterse en una pelea) me ha dicho, guiñándome el ojo:

-Vaya, Alyson. No te hacía yo una informática. La verdad es que nunca te había visto entrar en la sala de ordenadores.

-Bueno, en realidad...

-¡Venga ya! ¡Algún talento tenías que tener! Me extrañaba que no tuviese ninguno, pero ahora ya veo que es la informática.

¿Algún talento? Puf. Bueno, por lo menos me dio las llaves. Cogiendo las llaves con cuidado para que no se me resbalaran y hacer el ridículo (una vez más) me he ido otra vez a la sala de ordenadores y, por si las moscas, me he encerrado por dentro y he apagado las luces. No podría soportar que me vieran hacer el ridículo con un portátil de esos pijos de allí. Al fin, he encendido el ordenador (¡bien!) y he estado un buen rato intentando buscar mapas y guías y Saralynes. Al principio, no he tenido mucha suerte. Entonces, he visto la bonita cara de Charlotte pegada al cristal de la puerta y, a su lado estaba Naia, forcejeando con el pomo. Rápidamente, me he escondido debajo de la mesa. Cuando por fin se han ido, he salido de mi escondrijo y me he puesto a trabajar otra vez. He estado una horita tranquila (aunque sin conseguir encontrar la casa de Saralyn), pero luego el pomo se ha vuelto a mover y no me ha dado tiempo a esconderme. Naia me ha visto. Estaba muy nerviosa porque me daba muchísima verguenza que Charlotte me viera en la sala de informática, con la luz apagada y encerrada por dentro. Pero por suerte solo era Naia. Sin tener nada mejor que hacer he ido a abrir la puerta y Naia me ha preguntado, muy sorprendida:

-¿Qué haces?

-No... Nada. ¿Y tú?

-Bueno, es que me ha parecido raro que estuviera la sala cerrada y he ido a recepción a pedir las llaves, pero Ixchel me ha dicho que te las había dado a ti hacía un rato, así que primero me he subido a la habitación. Pero luego he pensado: ''Tiene que estar ahí dentro''.

-Oh, bueno, ya veo. 

-¡Hasta luego!

-¡Ejem! 

-A ver, ¿qué?

-Bueno, si insistes... Verás, no sé donde vive Saralyn y necesito encontrar un mapa, pero no consigo abrir Internet.

-Vale. Yo te ayudo.

Al cabo de dos minutos ya habíamos encontrado la diracción de Saralyn, su número de teléfono, y hasta su cancioncilla ésa del politono. No era nada del otro mundo, yo lo hacía mucho mejor. Quizá debería volver a cantar. No, es verdad. Será mejor que no. Al fin y al cabo ahora tengo un trabajo respetable. Bueno, casi... En fin, la cosa es que al final he conseguido la dirección y el teléfono. Hoy estoy todavía demasiado enferma, pero mañana ya iré a su casa y le daré una sorpresa. Seguro que se pondrá contenta, porque, en el fondo, yo creon que le caigo bien.

Hala, adiós.

Caperucita FerozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora