2. Hambre

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cualquiera pensaría que Mirio era quien tenia mas apetito en cuanto a su relación sexual con el azabache se trataba y lo más probable es que todos crean que Tamaki es tímido a la hora del sexo.

No podían estar más equivocados.

—Ta-tamaki —Mirio suspiró al sentir los besos de su novio bajar desde su cuello hasta su hombro.

Nada más entrar a la habitación Amajiki cerró la puerta con seguro, lo tiró a la cama y se subió encima suyo para abrirle la camisa y besarlo con deseo.

No es que le molestara, no, para nada.

Le gustaba que su novio tomara la iniciativa pero...

¡lo habían echo como cinco veces ayer!

¡¡y el día anterior a ese!!

Tamaki lo iba a dejar seco un día de estos.

Mirio —Tamaki susurró su nombre de forma tan sensual que su su pecho se tensó y su erección (de ser posible) creció más.

Togata quería pararlo, necesitaba pararlo, pero su cuerpo y mente estaban en total desacuerdo, su cabeza le pedía que lo detuviera mientras que su cuerpo le pedía a gritos todo lo contrario.

¡maldición! ¿¡por qué Tamaki tenía que ser tan malditamente sensual!?

Todavía recuerda la primera vez que que lo hicieron, no paso menos de un día cuando Tamaki ya lo quería volver a hacer, al principio no le dio importancia hasta que se dio cuenta de que el azabache desarrollo un gran apetito sexual por el.

—Oye Tamm —El azabache comenzó a mover sus caderas de forma lenta y tortuosa sobre la erección del rubio, restregando específicamente en medio de sus nalgas encima de su entrada —Carajo

Mirio ya no pudo hacer nada más que sujetar con fuerza la caderas de Tamaki intentando aumentar la fricción, cuando no pudes con el unetele, ¿no? Si no lo iba a dejar en paz al menos lo disfrutaría.

Empujo a Tamaki haciéndolo caer boca arriba en la cama y se colocó encima de él subiendo el suéter que llevaba hasta la altura del cuello dejando ver sus rosados pesones ya duros. Miro a Tamaki un momento solo para encontrarlo sonriendo satisfecho con lo que había logrado.

—Tu ganas por esta ocasión Tama pero la próxima vez me voy a vengar

—Eso lo quiero ver

Mirio sonrio, la faceta atrevida que Tamaki tenia durante el sexo no dejaba de sorprenderlo, pero de igual forma le gustaba.

Haciendo exactamente lo mismo que Tamaki, el rubio comenzó a repartir besos desde su cuello hasta su hombro rompiendo el suéter en el proceso para que no estorbara.

—Me gustaba ese suéter

—Te compraré otro

El blondo bajo sus besos a el pecho de Amajiki y comenzó a chupar y jugar con sus pesones, Tamaki suspiraba mientras sujetaba la cabeza de mirio buscando acercarlo más.

Mirio se tomó un momento para terminar de quitarse la camisa eh intentar quitarse los pantalones también, pero Tamaki lo detuvo.

—¿Qu...?

—Lo quiero hacer yo

Tamaki se encargó de quitarle los pantalones a su novio y de paso desvestirse el también quedando ambos en boxers. Volvió a sentarse encima de mirio, moviendo sus caderas solo para provocarlo.

—Te fascina provocarme ¿verdad?

—Si, la verdad me gusta mucho

Ambos se besaron otra vez cosa que no tardó en subir de tono, Tamaki rodeó el cuello de mirio con sus brazos mientras que togata lo sujetaba de la nuca acercandolo más a el introduciendo su lengua en su boca.

Se separaron por falta de aire con la respiración agitada, con un hilo de saliva uníendolos todavía. La escena de Tamaki sonrojado, jadeante y excitado era una muy linda y excitante si se lo preguntaban a Mirio.

Sin poder aguantar más volvió a empujar a Tamaki sobre la cama, una vez lo tuvo de esa manera no perdió el tiempo y le arrancó los boxers de un tirón.

—Si que tienes hambre hoy mirio

Tamaki podía ser muy atrevido durante el sexo.

—Tu fuiste el que me sedujo así que no te puedes quejar ahora

—Bueno, ¿qué estas esperando?

Mirio se quitó los boxers, Tamaki ya estaba lo suficientemente lubricado así que no había problema en que entrara de una estocada.

—¡Ah! Maldición

—Perdón ¿te dolió?

—N-no

Mirio se quedó quieto, esperando a que Tamaki se acostumbrará un poco, no era estupido, sabia que la tenia grande y el azabache debajo suyo parecía un palillo a su lado.

—Mi-mirio mueve

Lo pudo haber lastimado por lo brusco que fue y el ni enterado.

—Mirio muévete —Tamaki frunció el ceño, Mirio no se movía y parecía estar en su mundo —¡Amor muévete! —El rubio pareció reaccionar realizando un movimiento brusco, Tamaki gimió

—¿Cómo me llamaste? —pregunto con una sonrisa, su novio no era mucho de poner apodos cariñosos pero le gustaba mucho y disfruta las pocas veces que lo hacía

—... No lo sé

—Acabas de decirlo

—Te imaginas cosas Mirio, ya muévete —Movio su caderas intentando provocarlo nuevamente

—Y después dices que soy yo el que tiene hambre

—Callate

Aún con su sonrisa togata comenzó a moverse de forma rápida y brusca, el movimiento fue tan repentino que tamaki tuvo que morderse los labios para no grita por la oleada de placer que le recorrió el cuerpo. Después de un rato sus piernas se enrollaron alrededor de la cadera de mirio buscando una forma de que llegara más profundo.

—Ngr ah mi-rio

—¿Sabes? —El rubio se acerco a su oreja —Nunca va a dejar de excitarme la forma en la que gimes mi nombre

—Jaja

Mirio siguio con su trabajo, moviendo la pelvis lo suficientemente rápido para que ambos pidieran llegar al orgasmo, su boca fue bajando de nuevo por el cuello del azabache dejando chupones que tardarían bastante en quitarse.

—Mierda ¡mirio! —Tamaki exclamo su nombre justo cuando alcanzo el clímax

Mirio lo siguió poco después, corriéndose dentro suyo y callendo exhausto encima de el con la respiración agitada, ya no tenia energías para nada.

—Mirio —Llamo tamaki luego de un rato en silencio

—Si quieres una segunda ronda al menos espera a que recupere el aliento

—Yo... Iba a pedirte que la sacarás pero ya que lo mencionas...

—... Oh no

one-shorts miritama lemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora