11. Iniciativa

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Aviso: mirio fem
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Mirio respingo cuando sus pechos chocaron contra el colchón mientras su trasero se levantaba gracias a la nalgada que recibió de Tamaki, le encantaba la iniciativa que estaba tomando el azabache y la verdad de haber sabido que se pondría así de dominante si lo provocaba lo hubiera echo antes.

—No vuelvas a hacer eso

—¿El que? ¿Provocarte? —pregunto con algo de burla

Otra nalgada llegó, la rubia se sobresalto y gimio por la sorpresa pero término sonriendo, Tamaki pensó que tal vez se había pasado un poco ya que su mano picada y la piel de su novia quedó roja pero ella se río, le parecía divertida la situación y a la vez era excitante tener a Tamaki domiandola de esa manera.

—Si te vas a poner así recuerdame provocarte con más ganas la próxima vez

Tamaki fruncio el ceño pensando en todo lo que le había echo su novia esa mañana mientras le daba otra nalgada, primero despertó con ella manoseandolo y de ahí en adelante todo el maldito día en la escuela lo provocó de distintas formas al punto de provocarle dos erecciones que por suerte pudo calmar antes de que alguien se diera cuenta.

Los abrazos eran para pegar sus pechos contra el mientras soltaba palabras con doble sentido, lo tocaba por debajo de las mesas para ponerlo más nervioso, tiraba cualquier objeto que tuviera a la mano y fingía que se le había caído frente a el solo para inclinarse y que pudiera ver debajo de su falda, todo eso cuando nadie miraba claro, no era tan sinvergüenza.

Básicamente todo el día fueron una tortura para Tamaki, no estaba acostumbrado a que su novia se le insinuaba y lo dejara con las ganas, por lo general ella era quien tomaba toda la iniciativa y hacia gran parte del trabajo, tenian unas dos rondas de sexo más o menos o solo una y quedaba satisfecha.

Pero en esta ocasión fue distinto, la rubia quería que Tamaki tomara la iniciativa esta vez, quería ver cual era el límite del azabache y que sería capaz de hacerle en ese estado. Bien dicen que los callados son los más perversos, estaba segura de que Tamaki tenia un lado perverso solo tenia que insistír lo suficiente para despertarlo, y vaya que lo consiguió.

—Lo hiciste a propósito

—Pues si, para que mentir

—No deberías hacer eso

—¿Por que? —Se dio la vuelta sobre la cama y rodeó la cintura de tamaki con sus piernas —¿Que me aras?

Tal vez mirio no debió haber dicho eso por el bien de sus caderas pero lo echo echo estaba, de un momento a otro togata tenía su camisa sobre sus brazos y su falda había salido volando dejándola en ropa interior. Tenía que admitir que ver como estaba su novio en ese estado era sexy, se veía más serio y dominante de lo normal con un aire de seguridad.

—¿Que te are? —Tamaki había llegado a su límite, y ella apenas lo notaba —Bueno, solo digamos que te voy a cubrir la boca por que are que grites tan fuerte que todo el mundo te va a oir si no lo ago

La rubia abrió los ojos impresionada ante sus palabras, justo cuando su ropa interior salió volando y su propia camisa fue utilizada de mordaza. Tamaki por su parte bajo su cabeza hasta la intimidad de su novia, mirio respiro con más fuerza cuando sintió la lengua contraria recorrer toda su entrada de arriba a abajo, vaya que Tamaki era bueno en lo que hacia.

Sus manos pasaron a sostener la cabeza de su novio intentando acercarlo más a ella, apretando sus cabello cuando su lengua entró por completo y sus dedos jugaban con su clítoris. Ahogo sus gemidos contra la camisa mientras Tamaki la estimulaba de distintas formas, se sentía tan malditamente bien que ya había olvidado lo que le había dicho antes.

Tamaki la penetró con sus dedos sacándolos y metiendolos una y otra vez sin parar, ella tenso sus piernas y apretó la cabeza de amajiki con sus muslos de forma inconsciente pero eso no lo detuvo, succionó el clítoris con fuerza provocándole un espasmo de puro placer mientras el azabache por fin encontraba su punto G y apuntaba directamente en ese lugar.

—Mng~ ¡MM~! AHm~ —No pudo aguantas más

Cuando mirio finalmente llegó al orgasmo intento relajarse mientras veía a Tamaki más sexy que nunca, levantándose como si nada mientras se relamia los labios y se quitaba la camisa tirandola a cualquier lado. Nunca lo había visto así y era tan malditamente caliente que no podía dejar de pensar en lo mucho que quería repetir esa situación en un futuro.

—Mmm~

Lo siguiente fueron sus pechos, a pesar de ser grandes Tamaki podía sostenerlos muy bien entre sus manos como si fueran dos pelotas de goma, la rubia sostuvo las muñecas del más alto mientras su respiración se agitaba. Maldición, todavía no se recuperaba de su reciente orgasmo y su novio no se detenía para nada pero no se quejaba en realidad.

—MmM~ Tak~ MM~ —Estúpida camisa que ahogaba sus palabras cuando intentaba decir su nombre

De repente la posición en la que estaban cambio, ahora sentados en la cama con Tamaki a su espalda mientras utilizaba sus piernas para mantener abieras las de ella. Mirio se sonrojo por la vergüenza que sintió, sobre todo cuando una de las manos contrarias bajo a su entrada para estimularla mientras con la otra seguía jugando con sus pechos.

—¡MMM~! —su cara se ponía cada vez más roja y sus ojos llorosos por la excitación

Tamaki la penetraba con sus dedos de forma increíblemente profesional, mientras estimulaba sus pechos al mismo tiempo con una sola mano provocándole un segundo orgasmo. Mirio intento regular su respiración, cosa un tanto difícil con la camisa en la boca que afortunadamente Tamaki retiro dejándola respirar mejor.

La rubia cayó hacia delante suspirando satisfecha, luego giro su cabeza a un costado para ver a su novio lamiendose los dedos mientras la miraba, ella se puso bastante nerviosa sin saber por que realmente pero al ver a Tamaki acercarse a ella como un depredador a su presa empezó a entender más la situación.

—T-tamaki, s-sabes q-que lo dije en broma, ¿v-verdad?

—Todavía no terminamos mirio

Sip, esa sería una noche larga para mirio quien no podría asistir a clases mañana por que sus piernas no le respondió serían bien, ahora si se lo pensaría dos veces antes de volver a provocar a Tamaki solo por querer que el azabache tome la iniciativa, aunque muy en el fondo sabía que lo repetiría otra vez.

one-shorts miritama lemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora