3. Tortura placentera

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Suspiros, gemidos, gruñidos y jadeos era lo que llenaban esa habitación, mirio se movía lo más rápido que podía provocando un inmenso placer en Tamaki, sentía como el clímax estaba cerca así que enredó las piernas alrededor de la cintura del rubio ayudándolo a llegar más profundo. Justo cuando togata sintió que Tamaki iba a correrse bajo la velocidad moviéndose lenta, tortuosa y placenteramente, Amajiki soltó un gemido frustrado.

—Tu me vas a volver loco

—Esa es la idea corazón —Le guiñó un ojo asiendo lo sonrojar

—Maldita sea mirio

Echando la cabeza hacia atrás, Tamaki intento mover las caderas desesperadamente para aumentar el ritmo. No sabia cuanto tiempo llevaba Mirio con el mismo juego pero no parecía querer parar pronto, cada que se acercaba al clímax bajaba el ritmo y no lo dejaba correrse, sentía que se volvería loco en cualquier momento si seguía así.

—¿Que crees que haces?

—Intento venirme, ¿no es obvio?

¿Grosero? Tal vez, pero si seguían así nunca iban a terminar.

—Calmate —Le dijo Mirio al oído, sus estocadas eran lentas pero bruscas y profundas

—¿Co-como qui-eres que m-me calm-me si l-lo estas haciendo apropos-sito?

—No se de que hablas Tamaki

—I-idiota

Amajiki intento empujarlo para ponerse encima suyo y poder mover las caderas con libertad, cosa que no funcionó ya que togata sostuvo sus muñecas colocandolas encima de su cabeza.

—¿Que haces? El de arriba soy yo

—Mi-mirio por fa-vor

—Todavia no acabo

Saco su miembro dejando a tamaki con una sensación de vacío, gimiendo frustrado por no poder llegar al orgasmo. Todavía sosteniendo sus muñecas le dio la vuelta y hacerco sus manos a la cabecera de la cama.

—¿Qu-que haces?

—Ya veras

Mirio tomo el cinturón de su pantalón, ya que era el que se encontraba mas cerca, y sujeto las muñecas de tamaki a la cabecera de la cama. El azabache por su parte, no entendía del todo lo que estaba pasando, no parecía algo bueno pero tampoco algo malo del todo.

—Esperame un momento

Cuando sintió que Mirio se levantaba de la cama y se acerco mas a la cabezera mientras se sentaba, volteo la cabeza en dirección al rubio para ver que era lo que estaba haciendo pero no se espero con que algo tapara su visión.

—No quiero que veas —Tamaki hizo un puchero frustrado, sin saber lo adorable que se veía haciendo eso

—Te odio

—Me amas

—Por desgracia

—Por fortuna —corrigió

Tamaki se mordió los labios sintiendo como el mas alto acariciaba sus muslos y subía hasta su trasero preparándose para volver a entrar.

—¿¡Qu...!? ¡AH!

Fue tan repentino que no pudo evitar gemir con fuerza, mirio embistio de golpe llegando a rozar su punto dulce sacándole repedidos y fuertes gemidos, a tamaki le era prácticamente imposible hablar.

Dios, tenían tanta suerte de estar solos en casa y que las paredes de ese lugar fueran gruesas mas encima, por que de seguro los vecinos ya se estarían quejando por el ruido.

Tamaki aplico fuerza en sus brazos intentando soltar la correa de sus muñecas, odiaba no poder ver y que ese pañuelo o venda o lo que sea que le aya puesto su novio y que el cabello se pegara a su cara por culpa del sudor.

—Mirio ¡ah! Mhn

—mgg

El agarre de mirio sobre sus caderas se volvió más fuerte dejando marcas rojas que tardarían días en desaparecer. El choque de pieles provocaba un sonido excitante a los oídos de ambos, llenando toda la habitación rápida y repetitivamente.

Mirio gruño excitado, moviéndose con fuerza y rapidez sientiendo el clímax cada vez mas cerca. Soltó una nalgada al trasero de tamaki, provocando que el mismo se exaltara y apretara mas sus paredes sobre su miembro.

Uno, dos, cuatro estocadas mas fueron suficientes para que por fin tamaki alcanzara su tan añorada eyaculacion, corriéndose sobre las sabanas mientras que el mas alto se corría dentro suyo.

—Demonios

Mirio desato el cinturón de la cabecera soltando por fin las muñecas de tamaki. El azabache se dejo caer en la cama con la respiración agitada, sus muñecas y cadera tenían marcas rojas que tardarían unos días en desaparecer.

Claro si no es que mirio le daba por hacer algo igual en ese periodo de tiempo.

—Eh... ¿Tamaki? ¿Estas bien?

"A lo mejor me pase" se acerco para quitarle la venda de los ojos, los cuales tenia cerrados "¿se durmió? A lo mejor fue mucho para el"

—Nada...

—¿Ah?

—Nada de sexo por un puto mes

—¡Espera! ¡No te precipites tamaki!

—Ya hable

—¡No!

one-shorts miritama lemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora