Cuando podíamos ser (Dedicado A...) ✔️

Cap. 15 Regresar

Nala

Julián
Plaza del viento .... Te espero.

12:30 PM

Juro, por lo que sea ... que hablar con Julián es algo que no me apetece en estos momentos, no ahora que conozco nuevas personas y me hacen sentir muy bien conmigo misma, pero debo de aceptar que me causa cierta curiosidad el saber con qué intención mi ex quiere hablar conmigo.

Ha pasado tanto tiempo que la voz de Julián se a distorsionado bastante en mi mente, ya no recuerdo cómo es escucharlo o cuál es el color de sus ojos, tampoco puede recordar cuál de sus dos manos tiemblan al verme o como era su extraña manera de demostrar cariño.

Julián y yo nos conocimos en mi primer festival de música, después de haber ensayando por tantas semanas el evento más importantes para mí y el por el cual había estado esperando por tanto tiempo había llegado por fin, me presentaría en un escenario frente a demasiadas personas y los nervios eran algo muy evidente. No podía dejar de imaginar que mientras tocaba la guitarra está dejaría de funcionar por alguna razón, que el micrófono explotaría frente a mí rostro o que simplemente un reflector caería sobre mi cabeza.

- ¿Estás bien? -me pregunto un desconocido que estaba tras del escenario, estaba muy mareada y decidí sentarme en las escaleras.

- Me siento un poco nerviosa ... es la primera vez que me presento -respondí un poco de desconfianza.

- ¿Tocaras la guitarra? -el chico que llevaba una pluma en su oído estaba señalando la maleta que se encontraba a mi lado.

- Sí, en realidad lo estoy intentando... no creo ser muy buena

- No, mira ante todo la confianza .... Piensa en positivo, sube al escenario y cuando bajes de él yo te daré mi más sincera opinión -el desconocido me estiró su mano para levantarme del lugar, mi nombre ya se escuchaba en las bocinas del teatro.

- Gracias -respondí - No te preocupes ... me llamo Julián -agrego el desconocido.

Tal vez el consejo me había servido de algo, al empezar a tocar sentí mucha confianza en mí y sin ver las cuerdas de la guitarra empecé a cantar, la luz que estaba sobre mi cuerpo me hacía sentir inspirada, emocionada y perfecta. Mis padres estaban en primera fila y atrás de ellos se encontraba Julián el chico que acaba de conocer, que desde ese lugar me estaba aplaudiendo y dándome señas de que lo estaba haciendo demasiado bien. El teatro se convirtió en un lugar lleno de colores dónde el arte era un montón de garabatos, uvas colgando del techo y enormes flores en los asientos.

Desde ese entonces Julián y yo creamos algún tipo de amistad, obviamente no podía olvidar el echo de que era un poco mayor de lo que esperaba pero era muy dulce, me hacía creer que una persona como él y que provocará ese sentimiento no existía. Con el tiempo las emociones se fueron involucrando y termino enamorándome de alguna manera, mis padres no estaban enterados de este nuevo amigo y eso era bastante malo, en casa siempre había sido la niña pequeña .... A la que ante los ojos de mis padres y familiares siempre sería un bebé, el tema el amor era como un tabú en mi hogar y hablar de chicos era mencionar la grosería más grande del mundo.

Por eso tome la decisión de tener una relación amorosa a escondidas, dónde el mirarnos mientras cruzábamos la calle estaba prohibido y el cariño solo crecía en los lugares más secretos de la ciudad, lo que en algunos meses fue divertido, termino siendo algo bastante cansado. Guardar un secreto puede difícil y mucho más si se trata de una persona que muere de amor, el problema comenzó cuando Julián por alguna razón termino tocando la puerta de mi casa y fuera mi madre quien abriera, él sin ningún tipo de miedo y con la confianza más grande del mundo menciono que era mi novio, en mi familia este chico es recordado como la sombra más oscura que puedo estar tras de mi.