Saúl y Nala son dos adolescentes que viven en la misma ciudad, dos jóvenes diferentes pero unidos en la misma historia, Nala es una chica talentosa, inteligente y amorosa, y Saúl un chico creativo, amigable y soñador.
Aunque a uno le gustaba el choc...
Está noche le hable a las estrellas sobre ti, le hable de lo linda que eres, de lo especial y maravillosa, les conté sobre cómo te conocí y del como ahora no quiero perderte, me confesé ante ellas y les dije todo lo que sentía por ti, también fueron testigos de como temblaba mientras decía tu nombre, y la luna sentía celos de ti ¿Porque? Por qué ahora eras lo más hermoso que tenía en mi vida.
Mi luna.
Deje que Nala guiará mi camino mientras me tomaba de la mano, esa sensación de nervios aún no salía de mi cuerpo pero si era fácil disimularlo, sentía que cada vez me apretaba más fuerte la mano, pero decidí no decir nada para tratar de que ese momento no se tornara algo incómodo.
- ¿Falta mucho? -le pregunto confundido al ver que no llegábamos a ningún lado.
- No, falta poco ... se paciente -respondió.
Poco a poco pude notar que nos íbamos acercando a lo que parecía ser una pequeña casa, el lugar estaba decorado con flores y algunas lámparas con velas en su interior, en la puerta había un hombre con un traje de chef (algo gracioso) que te daba la bienvenido apenas llegabas al lugar.
- Hola bienvenidos -dijo el hombre apenas vio que Nala puso un pie en el sitio.
- Hola, ¿El balcón está disponible? -pregunto Nala.
- Si claro .... puedes pasar y en unos minutos estaremos contigo.
- Gracias -respondimos ambos en coro.
Cuando pasamos al lugar Nala decidió hacerse por mi espalda y ocultar mis ojos con sus manos, se acercó a mi oído y con voz muy suave dijo.
- El lugar te va a encantar, gracias por las cartas ... esta es tu recompensa, sube los escalones yo te guío.
¿Recompensa? Quizás nos estamos confundiendo, Nala yo no te di esas cartas queriendo obtener algo a cambio (algo que no fuera tú cariño) pero ... estoy muy contento de estar en este lugar y recibiré "mi recompensa" con gusto.
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Empecé a contar cuantos escalones estaba subiendo, pero perdí la cuenta al llegar al número treinta y al quedar completamente sorprendido por lo alto que estaba el balcón, tengo que recalcar que las escaleras eran de madera y al pisar escuchabas su crujido, también que el lugar tenia un olor a pino que me encantaba.
- Listo, ya llegamos -dijo Nala mientas me detenía bruscamente.
- ¿Ya puedo ver? -pregunte.
- Claro ... Bienvenido al balcón -Ella quitó sus manos de mis ojos y me permitió ver la vista increíble que el lugar tenia de la ciudad- ¿Te gusta? -agrego.
- ¡Wou! Nala esto es genial, ¿Cómo es que nunca vine aquí? -respondí, ella soltó una carcajada y señaló a la mesa que estaba dispuesta para nosotros.
