Cap. 16 Canciones para dedicar

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Nala

El recordar cosas es algo que nunca se me facilito, mi memoria por alguna razón borraba todo lo que había pasado en tiempo lejano para hacer espacio, lo que provoca que de vez en cuando las fechas importa o eventos se me olviden, pero cuando Saúl me menciono la fecha de su cumpleaños simplemente para decirme que de niño siempre había deseado tener una fiesta de piratas, está no se pudo olvidar.

Apenas escuché el número y el mes salí corriendo a anotarlo en algún cuaderno, sentía que debía felicitarlo a primera hora cuando llegara su cumpleaños número 16. Con el paso de los meses está idea se fue transformando en algo más especial como un regalo, enviarlo un mensaje que olvidaría en la noche no sería la mejor demostración de cariño (En ese entonces no me esperaba que Saúl se convirtiera en alguien tan importante para mí) Se muy bien que Saúl estaría muy agradecido con cualquier detalle, así fuera un corto mensaje o aún auto solamente para él.

¿Pero que debería de regalarle?

Es la duda más grande que he tenido estos últimos días, la fecha del festejo se fue acercando de manera lenta pero no lo suficiente como para tener algo preparado, el chico del museo a hablado de infinidades de cosas que quisiera hacer para su cumpleaños y todo se resumía en tener un gigantesca fiesta. Luces neón, globos de colores, música a todo volumen, bebidas y comida, alguna pista de baile y por último pedir un deseo mientras apagaba una pequeña vela.

Recibí mi invitación en el instituto, a la hora del almuerzo y con un sándwich en mi mano, Saúl llegó bastante emocionado contándome que sus padres habían aceptado a hacer su fiesta y que todo quería grandioso, que obviamente yo no podría faltar y que me estaría esperando. Después de pedirle por mucho tiempo a mis padres que me dejarán ir a esta celebración ambos aceptaron con una pequeña condición ... que él cumpleañero en persona me dejara en casa, eso era lo único que pedían y obviamente Saúl; acepto.

- ¿Me llevas al cumpleaños de Saúl? -pregunto Camilo.

- Camilo no creo que te guste la fiesta … es un poco diferente a las fiestas que tienes con tus amigos -respondí un poco insegura de lo que estaba diciendo.

- ¿Y porque es diferente? -mi hermano seguía insistiendo en que lo llevará.

- Bueno pues en esta fiesta no hay helado, tampoco un payaso o algún juego de ponle la cola al burro -respondí y Camilo empezó a verme extraño.

- Entonces que fiesta tan aburrida ¿Segura que quieres ir? -me solté a reír, en su rostro tenía una expresión de desagrado y decepción.

- Pues imagínate que si voy a ir, mis padres ya me dieron permiso y solo estoy tratando de buscar un regalo para Saúl -respondí.

- Yo también quiero un regalo de cumpleaños -grito mi hermano que se dirigía a su habitación.

Lo extraño de los cumpleaños de Camilo es que son el mismo día en el que yo cumplo años, la pequeña diferencia es que mientras él simplemente esta celebrando sus ocho años de vida, yo estoy llegando a mis dieciséis y a la adolescencia al mismo tiempo.

Los recuerdos.

He decidido que quiero crear el recuerdo más bonito que Saúl puede tener en su mente, hacer que mi regalo quedé guardado siempre en cabeza y que por ningún motivo se fácil de olvidar; algo como aquel perro que te mordió de pequeño y te dejo traumado, también aquella canción que repetiste tantas veces que se volvió en tu favorita, al igual que tú primer día de clases y la extraña sensación de estar lejos de tu mamá.

Cuando podíamos ser (Dedicado A...) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora