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Jungkook lo miró confundido y cuando asimiló que Jimin le estaba ofreciendo un abrazo, lo dudó por un momento. Nunca lo había hecho. Sí, había llevado al pelinegro en brazos en modo de juego y se molestaban, pero nunca se habían abrazado así.

- Ven, sé que lo necesitas.- las miradas de ambos se juntaron y los ojos del castaño empezaron a picar. En verdad se sentía un desastre, parecía ser fuerte, trataba de hacerlo, pero ese momento lo derrumbó, ante Jimin no tenía que fingir. Pronto, como vio en los ojos del más bajo una mirada comprensiva, se acercó con temor y lo abrazó con delicadeza. Lágrimas silenciosas cayeron una a una por sus mejillas.

Por otro lado, Jimin rodeó la cintura del más alto con fuerza, pero sin lastimarlo. Quería que con ese acto, Jungkook sintiera que no estaba solo y lo logró sin que lo supiera. Era justo lo que Jungkook necesitaba, pero que no era capaz de decir. Jimin empezó a acariciar la espalda del castaño y pudo escuchar un pequeño sollozo salir de sus labios.

- Desahógate todo lo que quieras, no me voy a ir.- Bastó esa corta frase para que el más alto empezara a llorar aún más. Eran tantas las lágrimas que tuvo que quitarse sus lentes empañados. Escondió su rostro en la curva del cuello del contrario como si fuera su único refugio. Los sollozos se incrementaron y el agarre a Jimin se volvió más fuerte.- Vamos Kookie, es hora de que tú descanses.- Jimin se sorprendió al decirle aquel apodo, no era usual en él. Lo había escuchado de sus otros amigos, pero lo hizo de manera inconsciente, solo esperaba que el castaño no se diera cuenta o le tomara importancia. Se separó un poco para poder verlo, pero el contrario solo negó con su cabeza.

- No... Tengo que limpiar abajo. Mañana Tae-

- Ya lo hice yo, no te preocupes. Hazme caso, vamos.- el más bajo se separó por completo y tomó la mano del castaño.- ¿Ese es tu cuarto?- dijo señalando a una de las puertas del pasillo.

- No, ese es el de Tae. Aquél otro es el mío.- Mencionó y señaló una puerta a la izquierda del pasillo.

Jimin lo dirigió hacia allí, abrió la puerta y dedicó unos segundos a tratar de localizar su cama entre la oscuridad. El castaño, que ya estaba acostumbrado a tener que ubicar sus cosas a la hora en que regresaba de trabajar, guió al contrario suavemente hasta que ambos se sentaran en el colchón.

El silencio incómodo llegó a aquellas cuatro paredes, Jimin quería decir muchas cosas para poder confortar a Jungkook, pero no sabía por dónde empezar.

-P-puedes irte a casa, no hay problema. Gracias por limpiar abajo...- Dijo Jungkook rompiendo el silencio.

- ¿Tu mamá pudo dormir?

- S-sí, apenas se echó, se quedó dormida...- Mencionó el castaño desviando la mirada.

- ¿Quieres hablar de lo que pasó?- Preguntó Jimin y el castaño que ya había parado de llorar agachó la cabeza y se quedó en silencio. El más bajo temió haber preguntado por un tema un poco sensible, sin embargo, observaba con cuidado su reacción. Pequeños sollozos se escucharon por parte de Jungkook y tan pronto como lo vio asentir, Jimin se acomodó en la cama de piernas cruzadas y colocando una almohada sobre sus piernas para que el castaño pudiera echarse colocando su cabeza en esta.

- Ven, échate aquí.- indicó Jimin dando pequeñas palmadas en la almohada y Jungkook no dudó en echarse.- Tómate tu tiempo, cuando estés listo, te escucharé.- habló, mientras que con su mano izquierda acariciaba el cabello de aquel chico que seguía sollozando.

El ambiente se mantuvo en silencio durante un momento, el único sonido que se escuchaba eran los sollozos del castaño, pero estos ya estaban cesando. Se acomodó mirando hacia el techo, tomó una bocada de aire y se animó a hablar.

Somewhere In Neverland (Jikook Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora