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A la mañana siguiente ya era día de escuela así que llevamos a Dreamy a la escuela (Mew se tomó el día libre para llevarme a conocer a la persona de la cuál me contó).

Había música en el auto que ponía muy feliz a Dreamy pero la niña notaba como nosotros interactúabamos individualmente con ella. No nos tomábamos de las manos ni nada. Eso puso algo triste a la niña. Después de lo del concierto de ayer pensó que al menos estaríamos mejor.

—Florecita, ¿lista para hoy?— Mew pregunta con una sonrisa. La niña alza su mirada para sonreír.

—¡Sí...! Estoy... Lista para hoy.— Dreamy trata de sonar normal pero esta se pone cabizbaja borrando un poco su sonrisa.

Nosotros la podemos ver por el retrovisor aunque yo he estado en una posición bastante ¿arrogante? Ya que reposaba mi codo sobre el borde de la ventanilla sosteniendo mi mentón dándole mi mejor perfil a Mew. Pero al ver a nuestra niña toda triste se me partió el corazón y le tome la mano a papi Gulf para que entrelazáramos nuestros dedos.

Dreamy alza la mirada viéndonos tomarnos de la mano. Ella vuelve a sonreír y nosotros sonreímos por el retrovisor viéndola feliz. Ella no sabe que la estamos viendo. Pero mi sonrisa de labios no demuestra suficiente felicidad. Demuestra más tristeza que eso. Mew lo nota y aligera nuestro agarre en las manos. Su piel cada vez más inalcanzable de la mía. Eso me hizo inhalar con frustración volviendo a mirar a través de la ventana y volviendo a cubrir mi boca a la vez que sostengo mi mentón con una mano.

—¡Nos vemos, papi Mew, papi Gulf!— Dreamy se despide de nosotros acercándose a nuestros asientos. Nosotros nos asomamos para que ella nos de un beso en nuestros cachetes por lo que reímos.

—No entres tarde al salón, florecita.— Mew le dice.

—Y nada de dejarse convencer por novios, señorita.— Yo le digo con una sonrisa alzando mis cejas. Ella se sonroja.

—Sí, papis. Los amo.

—Nosotros te amamos a ti, hija.

Ambos la abrazamos con demasiada ternura.

—Y papi Mew ama a papi Gulf, ¿verdad?

La niña nos pregunta en nuestros hombros. Nos tensamos. O por lo menos yo me tensó. Mew me mira con tristeza.

—Nos amamos.— Yo le digo a nuestra hija acariciando su espalda. Mew suspira. Ambos retrocedemos de ella para mirarla con mucho amor y una sonrisa de labios. —Pero no queremos darte ideas para tu novio.

Yo bromeo poniendo dos de mis dedos a los lados de su cien por lo que ella ríe.

—Ahora, anda. Ve.— Mew dice.

Dreamy se baja del auto y corre contentísima a la escuela. Nosotros la vemos con demasiado amor.

—Oh. Se le olvido cerrar su puerta. Ya lo hago.— Yo digo pero al cabo de segundos nuestra niña regresa para cerrarla.

—¡Ahora sí! Adiós papi Mew y papi Gulf.— Ella se despide de nosotros con una de sus manitas corriendo a la escuela con su sonrisita. Nosotros sonreímos. Nuestra hija nos hipnotiza con su ternura.

—Bueno, ¿estás listo para ir allá?

Mew me pregunta. Yo me cruzo de brazos para verlo a los ojos mientras relamo mis labios.

—No supiste qué contestar cuando nuestra hija pregunto si nos amábamos.— Yo le reclamo.

—Eso fue... Por lo que estamos pasando. Ahora mismo. Estamos tensos. Tú también te pusiste tenso ante esa pregunta--

Tóxico (s) 3 •MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora