Llegue a casa con mi niña y ya los demás se habían ido. Extrañamente. Educadamente habían recogido todo y cerrado las carpas.
-¿A dónde habrá ido todo el mundo?- Yo me digo.
-¡Papi, veamos la tele!
-Hmm. ¿No tienes tareas?
-No tengo tareas.
-Bueno, confío en mi niña así que no me mientas, Dreamy.
Yo la subo a mi pecho por lo que reímos antes de entrar a casa. Bethoven vino corriendo hacia nosotros.
-¡Bethoven, vamos, vamos!- Dreamy guía a nuestro perro al sofá.
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Mew llega a casa y Bethoven lo saluda. -Hola, amiguito.
El pelinegro le acaricia la cabeza. Da unos pasos más adelante y me ve durmiendo en la mesa dormido con Dreamy a mí lado. Sus libretas abiertas. Yo sujetaba una de sus manitas.
Mew sonríe al vernos tan tiernos y camina hacia nosotros. Ve el lápiz al lado de mi rostro antes de mirar las libretas y ver un papelito arrugado sobre las libretas.
Mew leyó el papelito:
La primera mentira de Dreamy: Sí tenía tarea.
Mew trata de no hacer demasiado ruido mientras ríe. Cubriéndose la boca con una mano.
-He vuelto a casa, amores de mi vida.
Mew susurra plantando un beso en la cien de Gulf y en la cien de su florecita. Se quita la chaqueta para colocarla sobre mis hombros con mucho cuidado.
Para Dreamy, busca su frisa para colocarla sobre los hombros de la niña con mucho cuidado de no despertarla ya que este se remueve un poco en su lugar con unos sonidos internos muy tiernos.
Mew, al finalizar, fue al cuarto.
Yo abrí mis ojitos unos segundos después al sentir algo sobre mis hombros. Me restauro para ver que tengo una chaqueta sobre mi hombro.
Me levanto lentamente de la silla al ver a nuestra hija dormida pero al menos hemos terminado la tarea.
La cargo contra mi pecho para llevarla a su habitación y la coloco en su camita. La arropó lo suficiente y salgo de su cuarto para encontrarme a Mew justo ahí en unos pantalones cortos de lápices labiales que le compre.
-¿Dreamy está bien?- Mew me pregunta.
Yo sonrío queriendo reírme. -No supero lo lindo que se te ven estos pantalones cortos.
Yo sujeto los bordes de sus cortos para moverlos a los lados como en un pequeño baile por lo que Mew ríe tomando mis manos danzantes.
-Deja de moverlo así que me lo puedes bajar, belleza mía.
Mew dice entre risas. Yo no dejo de hacerlo hasta que de verdad, los calzones se bajan más del abdomen y yo chillo todo divertido alejando mis manos.
-¿Ves? Te dije.- Él se lo vuelve a subir mientras que yo ahora estoy contra la pared bajo el antiguo primer dibujo familiar de Dreamy. Mew está muy cerca a mí.
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Tóxico (s) 3 •MewGulf
Storie d'amoreLa vida de Gulf y Mew continua y no puede ser más feliz pero su niña ahora ha crecido a tener 10 años y cuando llega a casa presentando un novio dos años mayor que ella, tal vez sus padres... no están listos para eso. Ni tampoco listos si su hija ll...