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—Bueno ya que las luces están fuera,— Tonliu va diciendo mientras pone la linterna de su teléfono. —¿Les parece algo de pizza y acampar fuera de la casa?

Ella sonríe con sus labios.

—Después de que compramos carne...— Wild dice todo frustrado bajando la cabecita pero su novio le acaricia la cabeza.

—Está bien. Supongo que iremos a comprar las tienda de acampar y pizza.— Gulf dice con una sonrisa concordando con Tonliu por lo que ella aplaude con brinquitos antes de detenerse y mirar a Milky.

—Mm, dulce niño, ¿tienes alguna alergia? Quiero asegurarme antes de que acampemos. Si eso no te parece buena idea pues también nos puedes decir.

Tonliu se pone de cuclillas para estar a su altura tratándolo de lo más amable que se puede tratar a un niño. Milky rápido tranquiliza sus nervios con ella.

—Me parece buena idea. Hagamoslo.

Aww. Qué niño tan dulce.— Mi gemelo le acaricia la cabecita al niño mientras que todos reímos con ternura. Dreamy rápido corre hacia él para abrazarlo.

—Ese es mi novio.— Ella dice con una sonrisa meneándolos a los lados como si Milky fuera un peluche pero el pequeño niño no se queja y mantiene su sonrisa de labios.

💫

Montamos tres tiendas por separado. Una para Aelis y Tonliu, otra para Yll y Wild y una para nosotros con los niños. Obvio que no los íbamos a dejar solos. Aunque honestamente quería dejarlos solos sin quitarles el ojo pero Mew... Se empeño.

Ahora mismo estábamos todos en una sola tienda comiendo pizza con una linterna en medio para iluminar la tienda.

—Bien. Es un deber, ya que estamos afuera (y la luz no parece volver) contar historias de terror.— Tonliu sugiere.

—¿Terror? Tonliu, eso asustaría a los niños.— Yo digo.

—No, cariño, está bien...— Mew ya está despierto sentado a mí lado con una sonrisa maquiavélica ante la idea sin dejar de mirar al pobre Milky que está comiendo al lado de nuestra hija. —contemos historias de terror.

Mew concuerda. Yo ruedo los ojos antes sus celos con un suspiro.

—¡Bien! Empiezo yo.— Wild arrebata la linterna para iluminarse el rostro entero. Sus ojitos cerrados como todo un princeso esperando su momento para hablar. Carraspea su garganta. Luego lo hace dos veces.

Nosotros fruncimos el ceño.

Lo hace por tercera vez y nosotros le gritamos: —¡YA!— para que se detenga.

—Ay, que apresurados todos. Aprendan a esperar.— Wild dice, abriendo un solo ojito. Todos lo miramos mal.

—Bien, una vez... En una noche lluviosa, la luz se fue en una casa. La casa estaba desolada por dos hermosos niños. Una niña y un niño.— Wild comenzó a contar ahora mirando a Dreamy y a Milky con una sonrisa amable. Dreamy estaba más que ansiosa por escuchar lo que seguía de la historia con una sonrisa. Milky estaba aterrado pero con una pequeña sonrisa ya que también tenía curiosidad.

—Nosotros jamás dejaríamos a nuestra pequeñita sola en casa.— Mew dice.

—¡Mi hermano jamás dijo nombre!

Tóxico (s) 3 •MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora