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Matheo

Una hora más tarde, tenía algo de alcohol en su sistema y estaba bailando en la pista con Eleonor. Era agradable verla sonreír y feliz a pesar de que sabía que tendría que llevarla a casa. Eleonor estaba obviamente como una cuba y no había manera en el infierno de que Sergio la dejara conducir a casa, que estaba bien para mí, considerando que no había manera en el infierno de que dejaría a Desiree ir con ella. Había tenido un par de cervezas, pero ni siquiera me sentía mareado y una vez que vi a las dos chicas fiestear a lo grande, empecé a sorber mi cerveza en lugar de beberla.

Aparté mi atención de Desiree por un rato y exploré la multitud. Era una sala llena y todo el mundo estaba pasándoselo bien. Me volví y miré a Sergio y él tiró su baqueta al aire. Fanfarrón. Cuando me di la vuelta, vi a Desiree hablando con un tipo. Tuvo mi atención desde ese momento. Observé abiertamente mientras coqueteaba con el chico que estaba a su lado. De repente me sentí tenso por todas partes. Mis brazos se sentían tiesos y mis ojos comenzaban a arder de tanto mirar con tanta fuerza.

El chico se acercó y le cogió algo del pelo y vi rojo ante el pensamiento de sus manos tocándola. Me tomó todo lo que tenía en mí para quedarme en el escenario y seguir tocando. Ella se inclinó para decirle algo y un pedazo de su escote se hizo visible. Desiree no era el tipo de chica que hacía algo como eso a propósito, a pesar de que conocía a chicas que lo hacían. Había estado cerca de las mujeres lo suficiente como para saber cuándo obviamente se inclinaban lo justo para mostrar un poco de teta, pero no Desiree. Le estaba sonriendo inocentemente y no tenía ni idea de que el hijo de puta estaba comiéndole con los ojos la piel desnuda. La tomó con ojos codiciosos y disimuladamente le sonrió.

Ella lo miró con grandes ojos azules y sonrió y luego la tocó de nuevo mientras le ponía una mano en la espalda. Vi su sonrisa volverse incómoda por un segundo y luego pareció relajarse. Yo no lo hice. En su lugar, me equivoqué en un acorde y luego otro justo después de ese, lo que hizo que Tom me codeara con su guitarra y me preguntara con la mirada. Me estaba preguntando silenciosamente si estaba bien. No lo estaba, pero asentí y seguí tocando.

Cuanto más tiempo pasaba, más me di cuenta de que Desiree no era ella misma. No podía apartar los ojos de ella y ella estaba sin duda actuando de manera extraña. El coqueteo juguetón, el escote, y esos jeans como pintados... nada de eso era ella. Entonces cogió un chupito y pasó el líquido por su garganta como si hubiera estado bebiendo toda su vida. Dicen que el licor te quita todas las inhibiciones y ella estaba asegurándose de desvanecer todas sus inseguridades.

En el momento en que nuestra serie terminó, estaba echando humo. No podía salir del escenario lo suficientemente rápido. Puse mi guitarra junto a Hugo y luego salté del escenario. Me abrí paso a través de la sala hasta el bar donde estaban de pie y hablando. Cogí al tipo coqueto mientras la agarraba del brazo y la aparté de él. Él trató de decir algo, pero me volví hacia él y lo miré duro. Debió de ver la ira en mis ojos porque se calló y se apartó.

—¿Qué estás haciendo, Matheo? Suéltame —arrastró las palabras.

No respondí mientras la arrastraba por la habitación hasta el baño. Ella era más torpe que de costumbre, lo cual no hizo más que hacerme enojar aún más ya que lo sabía porque había estado bebiendo. La metí en el baño y dejé que la puerta se cerrara detrás de nosotros. Por último, le solté el brazo mientras me aseguraba de que no había nadie más en el cuarto de baño con nosotros.

—¿Vas a decirme de qué va todo esto? —Se cruzó de brazos, lo que empujó sus pechos aún más.

—Sí, ¿qué demonios crees que estás haciendo? —Le hice señas a su cuerpo. Se miró a sí misma, y luego a mí como si estuviera confundida.

Mierda, eres mi deseo. (Dark Passion 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora