Matheo
Esta noche iba a echar un polvo. Fin de la historia. Había pasado demasiado tiempo. Necesitaba atención femenina y quería que esa mujer fuera de la princesa caramelo.
Cuando coqueteé con Desiree, supe que la quería a ella. Me había estado volviendo jodidamente loco con esos diminutos shorts de gimnasia. Incluso hubo un momento hace días en que movió las piernas y tuve un vistazo de bragas moradas. Nunca me había gustado el color morado tanto en mi vida. Me fui a casa esa noche y sueño con ser envuelto en la calidez del color morado y me desperté con una erección palpitante.
Por lo general, me mantenía alejado de las chicas como ella, ya que siempre había una posibilidad de una mujer sin experiencia floreciera con sentimientos. Dijo que nunca había tenido novio. No estaba seguro de cómo era posible con una chica como ella. Si yo fuera propenso a las relaciones, Desiree sería lo mío. Por suerte, no lo era, pero algunos chicos sí. Tal vez ella no era de tener novio. De cualquier manera, no me importaba. Ya no podría estar cerca de ella y no saborearla. No estaba acostumbrado a pasar mucho tiempo con una chica y no recibía al menos una muestra.
Yo podría seguro de que podría conseguir lo que quería. Estaba coqueteando conmigo y había visto la forma en que me miró. Conocía esa mirada. Probablemente le había dado la misma mirada. Me deseaba tanto como yo la deseaba. También me gustó el hecho de que ella ya no se apartara de mí cada vez que la tocaba más. Esa tenía que ser una buena señal, pero aun así, tenía que moverme lentamente y tranquilizarla.
Generalmente no trabajaba en absoluto para poder estar con una chica, pero quería hacer esto bien. Además, pensaba que Desiree era del tipo de chica de la que podía seguir siendo amigo después. Nunca había tenido una amiga con beneficios antes, ya que era del tipo de darles y dejarlas, pero de verdad me gustaba ... como amiga, por supuesto. Tenía la esperanza de que las cosas no se pusieran raras después y que sólo cayéramos en el papel de amigos.
Después de un par de cervezas y ocho manos de rummy, se estaba haciendo tarde y sabía que si quería algo de tiempo a solas con Desiree antes de llevarla a casa, tenía que echarle ganas. Ella recogió las cartas y las metió en la caja. Mantuve mis ojos en ella todo el tiempo, y podía decir por el rubor rosa que le recorría el cuello y caía sobre sus mejillas que sabía que yo la estaba mirando. Me incliné y respiré profundo.
—Quiero estar a solas contigo —le dije con sinceridad.
La honestidad era la mejor política cuando se trataba de mujeres. Sus ojos se encontraron con los míos y fue visible verla tragar.
—¿En serio? —Ella me miró a través de sus pestañas.
No le respondí. En su lugar, extendí la mano y uní nuestros dedos. Yo no era del tipo que cogía de la mano, pero haría lo que fuera para tocarla.
Celebré el hecho de que no se alejó de mí. Puse mi cerveza sobre la mesa y la cogí de la mano mientras salíamos del garaje de Hugo y nos dirigíamos a mi carro. Le di un asentimiento con la cabeza a Hugo ya los chicos mientras me iba y no me perdí la gran sonrisa tonta en la cara de su amiga Eleonor. Ellos sabían lo que íbamos a hacer y no me importaba.
Le solté la mano mientras me dirigía al asiento del conductor. Ella abrió la puerta del lado del pasajero y se deslizó adentro. Una vez que estábamos adentro y acomodados, puse en marcha el carro y me volví hacia ella. Se veía tan jodidamente caliente, mi pequeña tentadora tímida. Tenía que saber lo que estaba haciendo. Tal vez jugar a la chica dulce y tímida era su cosa, pero algo me decía que era un monstruo en la cama.
Dejé que mis ojos se perdieran de sus calcetines de fútbol negros hasta el pequeño vistazo de pierna cremosa entre sus calcetines y los pantalones de gimnasia. Estaba haciendo frío fuera, así que tenía puesta esa maldita sudadera, pero yo sabía lo que había debajo. Quería verla desnuda. Quería ver si todo ella era tan suave como sus manos y mejillas.
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Mierda, eres mi deseo. (Dark Passion 1)
RomantizmA VECES TODO LO QUE NECESITAS ES PEDIR UN DESEO. La vida ha sido difícil para Matheo. Ser abandonado por sus padres a los 2 años le ha convertido en piedra. Luchar es su liberación y las mujeres, las drogas y su guitarra, le traen paz, pero en el fo...