Advertencia:
Leer este capítulo sin querer asesinarme.
Gracias.
Espero sus insultos al imbox 😉Matheo
Me desperté de mi pesadilla sobre Desiree siendo llevada a la oscuridad con su nombre en mis labios. El grueso edredón estaba pegado a mi sudado pecho, así que lo quité y dejé que el aire frio refrescara mi pegajosa piel. Estirándome para alcanzarla, jalé una almohada.
Con los ojos muy abiertos, me senté y encendí la lámpara a lado de mi cama para ver que no ella no estaba ahí. Instantáneamente, sentí que algo andaba mal. Salté de la cama usando solo mis bóxer y fui por el apartamento, encendiendo las luces, buscándola. No estaba.
Regresé corriendo a mi cuarto y me puse algo de ropa. Busqué mis llaves, pero no pude encontrarlas en ninguna parte. Entonces me di cuenta de que si ella no estaba ahí, estaba en mi carro. Corrí a la ventana y moví la cortina. Las farolas de afuera brillaron en mi espacio de estacionamiento vacío.
-¡Mierda!
Entré a la habitación de Max y encendí la luz. Me miró como si estuviera loco, con ojos soñolientos y salvaje cabello.
-Levántate. Vístete. Algo malo está pasando, necesito que me cubras la espalda.
Cinco minutos después, estábamos en su carro de camino a casa de Desiree. No había ninguna duda en mi mente de a donde había ido. Solo podía esperar llegar a tiempo antes de que resultara herida.
Le mandé un mensaje de texto a Hugo cuando dejamos el apartamento y dijo que quería ir, así que, ya que su casa estaba de camino, nos detuvimos para pasar por él.
Nos manteníamos juntos, y si algo grande iba pasar, quería a mis chicos ahí para que al menos sacaran a Desiree del camino. Nos detuvimos y el entró de un salto.
Se sintió una eternidad llegar a casa de Desiree, pero pronto estábamos estacionando en su entrada. Mi coche estaba estacionado contra el garaje y entonces supe que ir allí había sido lo mejor.
Hugo y Max me siguieron. La puerta de enfrente estaba abierta y tan pronto como entré, escuché un disparo.
No sabía a donde ir, pero corrí hacia el sonido. La casa era enorme, y me encontré parado frente a un largo pasillo en la cima de las escaleras. Me quedé ahí esperando escuchar algo y luego sonó otro disparó. Mis pies se movieron antes de que lo pensara y corrí a la puerta de donde salió el disparo. Escuché a Hugo y a Max en mis talones. Por lo que sabíamos, podríamos haber estado yendo a nuestra muerte, pero no importaba. Todo lo que me importaba era llegar a Desiree y ayudarla.
Cuando llegué a la puerta, miré dentro y sentí un alivio instantáneo cuando la vi de pie ahí, de espaldas a mí. Luego mis ojos observaron la escena, su hermano yaciendo en la cama con su carita destrozada y el sangriento cuerpo de su padre sobre el piso.
Cuando vi la mirada en su rostro, supe lo que tenía que hacer. Su piel estaba pálida y sus ojos estaban abiertos con conmoción. Quería sostenerla cerca de mí y decirle que todo iba a estar bien, pero sabía que teníamos que movernos rápido.
Las palabras no podían describir la manera que se sintió verla siendo alejada de mí sabiendo que nunca podría estar de nuevo con ella, sabiendo que una vez que tomara la culpa por esto, mi vida nunca sería la misma. Ella vino a mi vida y alejó todo lo malo, y la amaba con cada parte de mi alma. Era lo menos que podía hacer.
Me quedé allí, mirando los dos cuerpos, uno inconsciente y el otro muerto, y pensé cual debería ser mi siguiente movimiento. Metí la mano en mi bolsillo y saqué mi celular. Los mensajes de textos seguían abiertos y miré a todos los "¿Dónde estás?" que le había enviado a Desiree.
Limpié la pantalla y abrí el teclado para llamar a alguien. Escribí el número nueve pero me detuve cuando escuché a alguien venir tras de mí. Di vuelta y estuve de frente con quien solo podía asumir que era la mamá de Desiree.
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Mierda, eres mi deseo. (Dark Passion 1)
Roman d'amourA VECES TODO LO QUE NECESITAS ES PEDIR UN DESEO. La vida ha sido difícil para Matheo. Ser abandonado por sus padres a los 2 años le ha convertido en piedra. Luchar es su liberación y las mujeres, las drogas y su guitarra, le traen paz, pero en el fo...