6

11 4 4
                                    

En cuanto salgo a la azotea veo que la chica no está aquí.

Miro extrañado todo el lugar, solo está el muro del borde y una paloma en una esquina.

¿Dónde estás ojos ámbar?

Camino al borde y me siento con calma. Dejo mi bolso al lado de mis pies.

Suspiro y miro el horizonte.

Ella tiene razón, a esta hora el cielo se ve muy bonito, está despejado totalmente. Justo en dónde nos solemos sentar hay algo de sombra.

Espero durante unos largos minutos que ella parezca, pero no lo hace.

Llega la hora de ir a clases de nuevo.

Y ella nunca llegó.

Conversaciones en la Azotea (LQSMSL #2.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora