Cobardía/BrokenStony (Drabble)

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Los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen.

Escrito realizado sin fines de lucro.

Advertencias:
Post Civil War/Angst
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Recostado en la cama de la que ahora llamaba su habitación, se encontraba un hombre rubio de expresión triste. Abrazado a su pecho tenía un aparato pequeño y negro, lo aferraba como si  fuera algo sagrado, para él lo era.

Steve estaba realmente confundido, sus sentimientos eran una combinación entre el miedo, el orgullo y la tristeza. Deseaba tener la fuerza para romper el silencio, un silencio de más de año y medio, un silencio que poco a poco lo iba hundiendo más, pero no era capaz, no podía, no sabía cómo dar el primer paso.

Aceptaba que las cosas salieron mal, que no debió mentirle tanto tiempo. Se convencía de sus propias fallas y perdonaba las contrarias, tomaba el teléfono en sus manos y cuando estaba apuntó de marcar el único numero registrado en este, su mente lo agobiaba, cerraba la pequeña tapa, se recostaba en la cama con el teléfono en sus brazos y lloraba. Un llanto suave y silencioso que a ojos desconocidos podría parecer pobre, pero para aquellos que lo conocían de verdad, era el reflejo de su dolor. Un dolor que no se permitía demostrar ni siquiera a él mismo, a excepción de estos momentos, cuando su corazón flaqueaba sólo un poco y le daba permiso de derramar algunas lágrimas, sólo unas, porque sabía que si dejaba a su pecho desbordarse por completo, jamás se detendría.

Lo extrañaba tanto, deseaba con toda su alma escuchar su voz, guardarla en su memoria, decirle que aún le amaba, que siempre lo haría.

Dios sabe que no se arrepiente de salvar a su mejor amigo, aunque sabía que no fue de la manera más correcta. De lo que siempre se arrepentiría, es de haberle mentido a quien llamó amor por tanto tiempo, a quien lo ayudo a adaptarse aún mundo desconocido y a veces atemorizante. Quizá si le hubiera hablado con la verdad, si hubiera confiado más, las cosas serían distintas, ahora sería él quien estaría entre sus brazos y no un aparato, pero el hubiera no existe y Steve más que nadie lo sabe.

Queria llamar, mandar un mensaje, cualquier cosa, pero entonces su mente lo atormentaba con escenas de aquel día en Siberia. Le gritaba que jamás sería perdonado, que Tony tampoco había llamado, que jamás le responderia o peor, que responderia sólo para decirle cuanto lo odiaba, que ya no le amaba más, y entonces su corazón se encogia superado por el miedo y la angustia de que se hiciera real. Así era, el gran Capitán América era un cobarde, incapaz de enfrentar su realidad, no podía.

Ese día como tantos otros, Steve se quedó dormido con el celular sobre su pecho. Soñando con hacer las cosas de forma diferente, con una realidad mejor y menos sombría, soñando con unos ojos cafés grandes y preciosos. Ojos que inundaban sus sueños todas las noches y que estaba seguro, vivirían en su mente por el resto de su vida.

Tony's supremacy/AllxTony Vol.IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora