Bully Personal/WinterIron AU

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Los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen.

Escrito realizado sin fines de lucro.

Edades: Tony 16 años/ Bucky 18.
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Miraban la televisión en el cuarto del rubio, una película de los años cincuenta.

Tony siempre le decía a Steve que tenía alma de viejo, uno muy aburrido, sin embargo, debía aceptar que algunas de esas películas eran bastante interesantes.

Se levantó de la cama donde estaban recostados para ir a la cocina por más palomitas. Le preguntó a su amigo si quería que le trajera algo pero estaba tan perdido en la escena del beso entre los protagonistas, que ni siquiera lo escucho, el castaño rodó los ojos y salió de la habitación. Steve siempre soñaba con tener un amor idílico como en esas películas, algo demasiado risible para Tony.

Una vez en la cocina metió otra bolsa de palomitas instantáneas en el microondas y espero. Amaba estar en la casa de Steve, la señora Rogers era totalmente dulce. Siempre lo recibía como a un hijo y le dejaba quedarse los días que deseara, siempre y cuando sus padres estuvieran de acuerdo, algo que realmente no importaba porque, no era como si a sus padres les interesara que estuviera en casa o no. Ellos se la vivían todo el tiempo en viajes sociales o de negocios, para Tony mejor, pues en la casa de los Rogers no se sentía solo, todo era perfecto...

—Hey enano.— o casi todo.

Se abstuvo de voltear el rostro ante esa voz, una que siempre lograba irritar lo. Espero que la máquina hiciera aquel peculiar sonido avisándole que las palomitas estaban listas, tomó la bolsa y pretendió salir de la cocina sin más pero una mano más grande lo detuvo, colocándose frente a su pecho, apoyada en el marco de la puerta para impedirle la salida.

—¿Qué? ¿Ahora vas a ignorarme?— dijo de forma socarrona el más alto, con esa maldita sonrisa de comercial de pasta dental que Tony tanto odiaba.

—Dejame pasar Barnes.— trato de escucharse lo más firme posible, obviando aquellas cosquillas que el más alto siempre causaba en su interior, lo atribuía a la incomodidad que el primo de Steve, James Barnes, le provocaba. La única cosa que fastidiaba su estancia en esa casa.

Barnes vivía con ambos Rogers, era dos años mayor que Steve, con 18 años asistía a la universidad pública. Era un buen hermano para el rubio y como un hijo más para Sara Rogers pero para Tony sólo era su bully personal. Se encargaba de llamarle por motes patéticos más que insultantes cada vez que iba a la casa de su amigo, invadía su espacio personal queriendo intimidarlo o se burlaba de él con comentarios estúpidos, algo que sacaba de quicio a Tony en demasía, no entendía cuál era su maldito problema con él pero estaba comenzando a hartarse.

— Y si no ¿Qué?, ¿Me acusaras con tu novio Steve?, ¿O todavía no te lo a pedido?— esa era una de las bromas recurrentes en Barnes, molestarlo diciendo que Steve y él eran novios.

Estaba cansado de sucumbir a sus provocaciones.

—No, no me lo a pedido, tal vez se lo pida yo primero, ¿Quieres ver?— respondió mirándolo retadoramente, esperando que lo dejara de molestar al darce cuenta de que, ya no le importaba más su estúpida broma.

El más alto se le acercó un poco más, casi rozando su nariz con la propia. Por un momento pensó que lo golpearía pero en lugar de  eso sólo lo miró con molestia y entro a su habitación dando un portazo.

El castaño se sintió orgulloso, por primera vez había ganado. Barnes siempre lograba sacarlo de sus casillas pero en esta ocasión de verdad lo fastidio, con la actitud que se cargaba no le sorprendería que fuera un homofóbico de mierda.

Sonrió triunfante y camino de regresó a la habitación de Steve, estuvieron un rato más jugando videojuegos y platicando de cualquier cosa, hasta que el rubio cayó dormido. Tony ya estaba acostumbrado a que el reloj biológico de Steve le obligaba a dormir más temprano que a él.

La soda en su vaso  se había terminado y aún estaba demasiado despierto para ignorar la sed que sentía, se levantó de la cama y salió a la cocina una vez más.

Giro en la esquina del pasillo casi entrando a la cocina cuando de un fuerte jalón fue estampado contra  la pared, mientras un par de brazos lo sostenían con fuerza.

Miró los ojos azul hielo tan inconfundibles, ojos que siempre le miraban con burla y ahora lo miraban con algo que no supo identificar.

—¿Qué mierda te pasa Barn-...

No pudo continuar cuando una boca se estrelló contra la suya de forma feroz, casi con violencia, sus ojos se abrieron con impresión, el jodido Barnes lo estaba besando.

Su primer impulso fue empujarlo, trato de patalear y manotear pero el más alto logró sostener sus manos con las propias y apretó las piernas de Tony con las suyas dejándole totalmente indefenso.

Al transcurso de unos minutos el castaño se había rendido ante su agarre y sin saber en qué momento empezó a disfrutar del beso, comenzó a corresponderlo con la poca experiencia con la que contaba.

Jamás nadie lo había besado así,  de forma tan fogosa y demandante. Mucho menos pensó que ese alguien sería James Barnes, su infierno personal, a quien ahora sujetaba de la nuca enredando sus dedos en los cabellos largos y sedosos.

Lentamente el más alto fue deshaciendo el beso, hasta dejar a Tony con los ojos cerrados y los labios rojizos por la fricción, anhelando más de lo que había recibido.

—Con esto espero que te quede claro, mi primo jamás te podrá hacer sentir como yo, eres mío enano.— le dijo antes de robarle otro beso más fugaz y caminar sonriente a su habitación, dejando a un Tony totalmente confundido, mareado y deseoso de más de aquel beso.

Tony's supremacy/AllxTony Vol.IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora