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Tras haber participado en un agotador atraco efectuado en licorería, Jack y Gustabo, se dirigían con parsimonia a comisaría.

Siendo que, el cansancio que les había provocado el código 3 mencionado, era tanto que solo evocaba en ellos ganas de atender denuncias de civiles, por más irrelevantes o absurdas fueran. De todas formas, ninguna podría superar al dichoso "Marcianito".

Luego de haberse tomado unos largos minutos para efectuar su 10-8, llegaron al establecimiento con un desgano fuera de lo normal.

Al parecer, la bulla y el griterío que habían soportado durante el robo les había afectado aún más de lo que imaginaban. Por lo que, con suma pereza, abandonaron el vehículo, pusieron el seguro y caminaron hasta la puerta del lugar rozando sus manos.

- Superintendente, Volkov solicita su presencia en el despacho de planta baja - comunicó con rapidez Gregorio al notar cómo Jack Conway ingresaba a comisaría.

- Debo cambiarme el chaleco, adelántate - murmuró García acercándose al oído de su novio mientras que tomaba con suavidad el hombro de este.

Sin dar respuesta verbal, Jack, se encaminó hacia el sitio mencionado, abriendo la puerta de la sala exponiendo el cansancio que invadía su cuerpo.

- ¿Qué sucede Volk... - Conway quiso averiguar mediante palabras qué ocurría, pero la escena ante sus ojos habló por sí sola.

En el escritorio del lugar, se hallaba Viktor apoyado en este, junto a una pequeña niña en brazos, la cual aparentaba estar profundamente dormida.

- Conway, le explico. A la par del atraco de licorería, se realizó otro en badulaque central - comenzó a argumentar el Comisario casi en un murmuro, intentando no alertar a la infante - Resulta que en este, tomaron como rehenes a un niño y a una niña. El primero, en cuanto lo soltaron, fue recibido por su padre; pero la segunda, parece estar sola. Nos comunicamos por todos los medios posibles, con tal de encontrar a alguna persona responsable, mas no hallamos a nadie - concluyó denotando tristeza en su voz.

- Pero... -

- Sí, le informamos al departamento de protección infantil. Nos tienen a la espera, ya que no hay ningún registro de esta niña, más que su DNI - interrumpió Viktor anticipándose a su superior.

- Joder... ¿Qué se supone que vamos a hacer? ¿Ser sus putos niñeros? - comentó Conway con frustración, mientras daba varios pasos recorriendo la habitación en la que se encontraban.

- Ya estoy ¿Qué ha pasado? - soltó Gustabo, ingresando al despacho, sin percatarse de su entorno.

- Bueno... - contestó Volkov intentando formular una respuesta breve, pero concisa.

- ¡Felicidades Viktor! - anunció el rubio impidiéndole al contrario acabar - Me alegra mucho que hayan decidido dar este paso con Horacio - concluyó acercándose al Comisario con la intención de abrazarlo.

- ¿Cómo? - consultó el de camisa color borravino, cancelando el acto del Inspector.

- Felicidades por la adopción ¿No? - preguntó Gustabo con confusión, mientras que retrocedía sobre sus pasos.

- ¿Qué? No - formuló con rapidez Viktor, dejando asomar un pequeño sonrojo en sus mejillas, a causa de la precipitada conclusión.

- Tomaron a la niña como rehén; pero, ahora que fue liberada, pareciera que no hay ninguna persona que sea responsable de su existencia - explicó Conway al notar lo desconcertado que se encontraba el Comisario.

- ¿Nos vamos? - interrumpió Horacio, dejando ver su trabajada figura en un conjunto especialmente formal - Pero ¿Y esta hermosura? - volvió a hablar sin permitir que se le formule respuesta, a la par que se arrimaba hacia el sitio donde se encontraba su pareja.

Soft Moments || IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora