11. Preliminar

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Me admiré al enterarme de que Nicolas vivía en la urbanización más cara de la ciudad, y cuando vi que su casa era la más grande y despampanante de toda la cuadra, entendí por qué mis padres querían hacer negocios con su familia

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Me admiré al enterarme de que Nicolas vivía en la urbanización más cara de la ciudad, y cuando vi que su casa era la más grande y despampanante de toda la cuadra, entendí por qué mis padres querían hacer negocios con su familia. Les encantaba codearse con los peces gordos y vaya que esos parecían unos muy gordos. Hacía un tiempo ya que papá hablaba de querer expandirse más allá de su empresa envasadora, estaba claro que había encontrado una gran oportunidad con la familia Miltmeyer.

Mientras aún estaba pasmada por el lujoso lugar, Nicolas bajó del auto y se despidió, no sin antes insistir una vez más en que debería ir al cumpleaños de Lu y recalcalcar su propuesta para ir juntos.

Cuando iba de regreso a casa, me sorprendí a mí misma pensando en lo que podría ponerme la noche siguiente; de pronto me habían entrado muchas más ganas de ir. Maldito Nicolas, empezaba a tener un poder sobre mí y eso no me gustaba nada.

Cuando estuve por fin en mi habitación, hablé de inmediato con Diana sobre la fiesta; mi entusiasmo por aquel evento se había incrementado tanto que incluso se me olvidó mencionarle lo de la Facultad de Arte.

«Diii, ¿vas a animarte a ir a la fiesta de Lu o no?».

Enviado a las 19:53✓✓

«No sé Art, las cosas por aquí no están del todo bien. Mi padre enloqueció de nuevo, no sé si es buena idea ir a una fiesta mientras se desata la Tercera Guerra Mundial en el salón de abajo».

Recibido a las 20:10✓✓

Su mensaje no me causó ningunade sorpresa porque los líos en su casa eran bastante frecuentes. Decidí contarle sobre la propuesta de Nicolas en un último intento de convencerla; minutos más tarde respondió sin mucho entusiasmo que me avisaría al día siguiente. No se volvió a conectar en toda la noche. Parecía que en esa ocasión los problemas eran más serios de lo habitual; estaba preocupada por ella, sin embargo, sabía que en momentos así, a Di le gustaba aislarse del mundo, así que opté por no molestarla.

Horas más tarde, mientras me preparaba para dormir, la pantalla de mi teléfono se encendió anunciando la llegada de un sorpresivo mensaje de Instagram: era Nicolas. Sentí un golpe de emoción en el pecho y, de manera impulsiva, entré de a leerlo:

«Espero verte mañana, extraña».

Recibido a las 15:03✓✓

De inmediato me di cuenta de que había aceptado mi solicitud de seguimiento; una corriente de emoción me recorrió el cuerpo. No tardé ni un segundo en entrar a su perfil para chismear un poco, donde me encontré con un sinfín de fotos, varias de ellas con bastantes likes.

No conocía a ninguna de las personas que aparecían en las imágenes y no necesité indagar demasiado para deducir con qué tipo de chico estaba tratando. Mis ojos percibían a alguien fiestero, mujeriego y muy pero que muy vanidoso. Tenía cientos de fotos de él mismo posando de múltiples maneras, en muchas incluso sin camiseta; se notaban sus músculos prominentes y definidos, e incluso algunos tatuajes que tenía en el torso.

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