20. Súbito

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Esa tarde, Nicolas y yo habíamos quedado en ir juntos a la universidad; me lo pensé un poco antes de acceder ya que no quería que mi secreto sobre la facultad de Arte fuese revelado, sin embargo, él insistió en que quería decirme algo importante

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Esa tarde, Nicolas y yo habíamos quedado en ir juntos a la universidad; me lo pensé un poco antes de acceder ya que no quería que mi secreto sobre la facultad de Arte fuese revelado, sin embargo, él insistió en que quería decirme algo importante. Al final me ganó la curiosidad y accedí; además, después de la charla sincera que habíamos mantenido la noche anterior, tenía bastantes ganas de pasar tiempo con él e indagar qué era eso que estaba sucediendo entre nosotros, lo cierto es que cada día me causaba más interés tenerlo cerca.

Entré en pánico cuando llamaron a la puerta de casa antes de lo esperado. Me fijé en si Nicolas me había enviado un mensaje para avisar que llegaba antes, pero no tenía notificaciones, y cuando decidí llamarlo escuché el buzón de voz; pensé en que seguro se le había apagado el teléfono o algo parecido. No había nadie en casa y no estaba lista; sin embargo, no iba a dejarlo esperando, así que no me quedó más remedio que terminar de alistarme en tiempo fugaz y salir.

Sentí que el corazón se me detuvo por un milisegundo cuando al abrir la puerta me encontré con Matías. Estaba ahí de pie: con las manos en los bolsillos, el pelo dorado brillando bajo el sol y los ojos color avellana clavados en mí.

—Hola —dije desconcertada.

—Hola —respondió algo inquieto.

—¿Qué pasó? —pregunté después de unos instantes eternos de silencio incómodo.

—¿Puedo pasar? Me gustaría que hablásemos, no me he encontrado del todo bien estos días —pidió, bajando la mirada.

—No entiendo de qué podrías querer hablar, creo que ya lo hemos dicho todo. Además, me encuentras en un momento complicado: tengo que salir en cuestión de minutos —expliqué, sintiendo lo como los nervios me inundaban.

—¿Dónde tienes que ir? Te puedo llevar y así hablamos en el camino. Por favor, últimamente no he hecho más que pensar en ti y en cómo terminaron las cosas, necesito que hablemos.

Al escuchar su propuesta, pensé en que Nicolas estaría a punto de llegar y caí en cuenta de lo incómodo que me resultaba que Matías supiese cuáles eran mis planes, se podría decir que incluso sentía que lo estaba traicionando de alguna manera.

—A la Universidad, aunque no creo que podamos ir juntos...

Intenté inventar una excusa para justificarme, pero él intervino antes de que pudiese hacerlo:

—Artemis, por favor, no te pongas así, esto no es una competencia de orgullos. Sé lo molesta que debes estar conmigo por como te dije las cosas y por lo que pasó con Nicole en la fiesta, pero te juro que va más allá de lo que estás pensando; sabes que en este momento tengo demasiados problemas y también está lo de la beca, son muchas cosas pasando al mismo tiempo. Deja que hablemos para arreglarlo todo, me haces mucha falta.

Sus palabras encendieron una chispa de enojo en mi vientre, siempre me trataba como si no entendiese nada, como si él fuese más inteligente y maduro que yo. Y no era así, lo entendía todo, si tan solo supiera que lo estaba protegiendo de la verdad... O quizás me estaba protegiendo a mí misma.

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