Miyeon quería llamar a Soyeon y llorarle, decirle lo asustada que estaba de que la contraria no le abriera la puerta y de que no estuviera.
Pero sabía que la más baja estaba involucrada en la ausencia de la contraria.
Sabía que Soyeon no se quedaría de brazos cruzados.
Pero se había quedado con la esperanza de que Minnie fuera en contra de la más chica y le abriera la puerta al día siguiente.
¿Porque deseaba tanto que Minnie fuera por ella y quisiera quedarse con ella?
Marcó el número de la pelinegra, más no hubo respuesta del otro lado de la línea que la contestadora.
Se sentó junto a la puerta, hundiendo su rostro entre sus rodillas.
Pensando en qué hacer y que opciones tenía.
Hasta que escuchó unos pasos.
Levantó el rostro hacía el pasillo.
Una chica de rulos y unos años más joven que ella caminaba en dirección a donde de encontraba.
Miyeon tan solo se le quedó viendo, con ojos brillosos por querer llorar.
─Um..¿te encuentras bien?─habló la muchacha al encontrarse junto a la castaña.
Frotó sus ojos y asintió levemente.
─¿Por casualidad conoces a la chica que vive aquí?
─Sí─habló esperanza la castaña poniéndose de pie.
─Ya veo..
