19 | ¿De qué hablas?

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Kerstin

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Kerstin

Me encontraba en un lugar apartado, lejos, con la única compañía de la copa que sujetaba con mis dedos.

Tomaba tragos grandes y pesados, buscando un alivio que se que no encontrare.

Todo era culpa de ella, de Mallory, ella me había hecho creer que podía ser, antes yo estaba bien viviendo en mis fantasías inalcanzables, pero ella me había hecho creer, y querer aún más.

Y ni siquiera había venido a ver como estaba, seguramente no le importo y esta disfrutando su fiesta de cumpleaños como nunca, sin importarle lo que provocó en mi, como siempre.

Ahora todo salió mal, que triste fue darme cuanta que era la única loca obsesionada con el hermano de mi mejor amiga, el príncipe. Ahora que lo pienso realmente me vi ridícula creyendo que podría tener algo con el, jamás podría estar a su altura.

Pero si no es él, ¿Quién? ¿Quién es ese hombre destinado para mí? Ni si quieras me lo puedo imaginar.

—¿Kerstin? —Escuche su voz detrás de mi y casi me dio un infarto ahí mismo.

—Me asustaste —me excuse.

Sé que puede escuchar mi corazón.

—Necesito tu ayuda —dijo apuradamente.

Me levanté de la silla tambaleando un poco.

—¿En que le puedo ayudar, su alteza? —dije sarcástica casi cayendo para enfrente.

—Ey, ¿estás bien? —pregunto sujetando mi brazo, evitando que cayera.

—Claro, perfectamente, igual que tu —dije riéndome histérica pero con resentimiento.

—¿Estás bebiendo? —preguntó algo sorprendido y enojado.

—Ya soy una niña grande, puedo hacer lo que quiera.

El negó con la cabeza y me tomó del brazo para llevarme de regreso a la fiesta.

—Noo, no quiero ir. —Empecé a quejarme—. No quiero que todos vean mi papel.

—¿Papel? —pregunto confundido deteniéndose.

—El papel de estúpida que hice, ahora suéltame. —Jalé de mi brazo logrando liberarme.

—¿Qué cosas estas diciendo? —Esta enojado—. No puedes estar aquí, estás bebida y te puede pasar algo malo.

—No tienes que preocuparte por mi, no es tu trabajo al fin y al cabo —dije retrocediendo.

—No sé qué tienes pero Mallory no me perdonaría si te dejo aquí.

Me reí ante su comentario.

—Todo Mallory, todo lo haces por ella, era obvio que realmente no lo hacías por ti —dije con el veneno en cada una de mis palabras—. Déjame aquí, quizá lo mejor al final sería que me pasara algo y ya no tener que estar por aquí viéndolos a todos.

Maldición FraternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora