El próximo alfa de la manada Dunkler Mond ha estado buscando por años a su mate, y no es hasta que la buscó por todos los rincones del mundo y no la encontró que se rindió.
Después de obligarlo a casarse con una princesa se da cuenta que todo este...
No puede ser. Ella había escuchado todo, no había forma de que le pudiéramos decir alguna mentira.
—Yo...
—¿Ustedes son mates si o no? —pregunto interrumpiéndome.
—Si... —conteste finalmente.
—¿No eres hija del señor Cedrik y la señora Amelia? —preguntó confundida.
—Sí, sí lo soy —respondí un poco consternada, ¿sí lo era no?
—¿Entonces? —preguntó.
—Entonces tenemos una maldición tanto Lory como yo, algo que suponemos es para manchar nuestro linaje —concluyó Alex poniéndose de pie junto a mí.
—¿Entonces si son hermanos y mates? —Aún estaba muy confundida—. Creí que era imposible.
—Nosotros también, pero alguien en ese universo así lo decido.
No quería que se lo tomara mal, ya me cansé de repetir que no era nuestra culpa.
—¿Y si van a aceptarse? —preguntó ella aun más sorprendida.
—Respecto a eso... hay un pequeño problema —empezó Alex—. El contrato con tu padre dice que a fuerza tenemos que permanecer juntos sin importar que, fue una cláusula de seguridad, y sin acuerdo mutuo no se puede cancelar sin romper la alianza y provocar una guerra en la gran parte de Europa.
Ariana abrió mucho los ojos ante la información soltada de un jalón por Alex, lo regañe mentalmente por haber sido tan brusco, la pobre seguía recuperándose.
—Yo no tenía idea de nada de eso, los acuerdos los hicieron nuestros padres y tú, yo siempre hice solo lo que me decían.
—Lo sé, quería saber si podrías ayudarnos con tu padre —dijo Alex.
Ariana se quedó callada unos segundos con la mirada en la cama, parecía estar pensando, pero sin ir muy lejos, pronto sacudió la cabeza.
—Lo siento, pero no creo que padre vaya a cancelar el trato por nada del mundo.
—¿Por qué dices eso? —pregunte frunciendo el ceño, ¿no que fía ayudarnos?
—La alianza ha posicionado a Lune Pourpre en uno de los grandes puestos de las manadas, la comercialización, contratos y ganancias han aumentado y nos ayudó a evitar una guerra con España —empezó a decir Ariana con la mirada perdida, una pequeña lágrima corrió por su mejilla—, sin mencionar el "gran lugar" en que me ha puesto, una viuda sin herederos ni probabilidad de ascender al trono, no sabía que hacer conmigo, y logró dejarme aquí, no cancelará el trato por nada.
