Capítulo Final:La última víctima

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-¡Sueltame Aishi! ¡sueltame? -Gritaba Buda luchando contra los brazos del pelinegro que dejaban caer todo su peso sobre el cuerpo de ella.

Ayato la había abrazado por la espalda, sus brazos rodeaban la cintura de la pelinegra y sus antebrazos impidiendo que se alejara de él, en esta postura Ayato era embriagado por la calidez de la pelinegra, por su olor y su energía, apesar de sus palabras sabía que la mujer que lo volvía loco aun estaba allí.

-¡Sueltame Yandere-kun! ¡sueltame! -

-¡NO ME LLAMES ASÍ! ¡ESE NO ES MI NOMBRE CARAJO! -Grito Ayato con una furia que no era fácil contener pero que uso para apretar a Buda contra su cuerpo -¡No me importa que Musume me llame así! ¡no me importa que Info-kun me llame así!¡me importa muy poco sí Saiko se dirige a mi así! ¡me da igual sí Megami también me llama así! ¡MEDIO MALDITO MUNDO PUEDE LLAMARME COMO SE LE DE LA GANA PERO TU NO BUDA-CHAN! -Ayato pego su mejilla a la sien de Buda mientras este le susurraba en el odio-Tu eres especial Buda-chan eres única, tu eres la única que puedes llamarme así-

-Pues ya no más-Dijo Buda con mucha rabia-Te apoyé aunque iba encontra de mis principios, te seguí hasta un risco sin miedo a caerme y cuando me distrage me empujaste sin contemplación, grite tu nombre y no te importó porque no era ella, ahora vienes llorando con el rabo entre las piernas creyendo que aquí esta la tonta de Buda para recibirte porque no tienes a otra parte a donde ir, como sí yo fuera un premio de consolación-

Ayato quería callarla pero no podía, ella tenía razón había intentado matarla no podía pensar que lo recibiera con los brazos abiertos pero no podía resignarse a perderla, no otra vez, no podía volver a la oscuridad. La necesitaba, la quería a ella, quería voltearla y darle un beso que la dejara sin aliento, quería llevarla lejos de esa mansión a un lugar donde pudiera demostrarle lo especial que era para él. ¿Qué debía hacer? ¿qué debía decir? .

-No eres un premio de consolación porque siempre fuiste tu y yo era tan ciego que no te veía...no...no es así-Medito lo que quería decir-Si te veía y estabas allí tan hermosa pero yo tenía miedo, temía que mis manos manchadas de sangre no tuvieran justificación, que lo había dado todo por un amor falso, temía estrellarme con la realidad y con mis errores-

-¿Temias? ¿Ahora tu eres la víctima? -

-No, soy el imbécil que tuvo la oportunidad de ser felíz y lo arruinó todo, pude tenerte entre mis brazos pero maldición no lo hice-

-No lo hiciste-Buda estuvo de acuerdo-Ahora es muy tarde-

Buda tenía razón, sus errores eran irreparables y sus manos estaban manchadas de sangre. Por un instante tuvo el impulsó de soltar a la pelinegra por miedo a mancharla, a perjudicarla, pero sí alguien podía limpiar la sangre de sus manos y traer la luz a su mundo era ella. Estaba muy arrepentido de sus errores para no llevarla consigo a la fuerza pero era demasiado egoísta para soltarla. ¿Enserio existía algo que pudiera hacer o decir para que lo perdonará? , sí era así entonces ¿cuál era la respuesta?. Restrego su mejilla a la sien de Buda-chan despeinandola un poco mientras respiraba su aroma como sí el resto de oxígeno en la habitación fuera veneno, su cabeza buscaba desesperadamente un respuesta.
-Ahora que estamos así muchos recuerdos vienen a mi mente-Dijo Ayato con su mirada fija a la nada-Recuerdo tu sonrisa, tu mano rozando la mía mientras recogimos esos libros en el pasillo, recuerdo tus lágrimas el día que te acompañe a casa recuerdo tu calor cuando me cuidaste, recuerdo tu aliento el día que visitamos el templo...- Ayato dejo de hablar, se había dejado llevar sin conocer el punto a donde quería llegar.

-Y no te importo, te entregue todo y tu me desechaste como sí fuera basura-Buda apreto los puños con fuerza-Eres un monstruo sí crees que puedes venir aquí como sí nada, no tienes sentimientos Ayato-

Saltando hacía la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora