Ayato corria con todas sus fuerzas, lágrimas brotaban de sus ojos mientras le suplicaba a la pelinegra porque resistiera un poco más. Sostenía el cuerpo entre sus brazos, podía sentir como la sangre caliente manchaba su piel. Su mente se concentraba en llevar a Buda a salvo a un hospital mientras los vestigios de esa noche pasaban a un segundo plano.
Pero la carcajada que había soltado Megami lo perseguiria por siempre:"¡Mirate! "Grito"¡Tu la mataste, ella esta en tus brazos y su vida se esta apagando!". Por primera vez en toda su vida el pelinegro sintió miedo, en su interior maldecia, gritaba y lloraba porque salvaran a la chica. Ayato intento moverse para abrirse paso a la salida, grave error, Megami levanto la Katana y hirió a Ayato en el hombro. Una herida superficial, casi un rasguño pero una advertencia para que no intentara confrontarlo.
"¡Salvala, no me importa sí me matas o me lleva la policía pero salvala a ella! "Gritaba pero el peliplatino parecía no escucharlo.
¿Enserio iba dejar que la chica muriera?
"Ya basta Megami" El señor Saiko apareciendo en el umbral "Ayato tiene razón hijo mío tu no eres un asesino, deja que se vaya" Dijo con tranquilidad colocando su mano sobre el hombro de su hijo antes de señalar a Ayato "Miralo, esta manchado con la sangre de la chica ¿qué crees que pensara la policía? Deja que le salve la vida"
Ayato corrió rápidamente para salir de la mansión, antes de abandonar la habitación escucho al señor Saiko decir "Sí es que ella sobrevivive".
Logró llegar al hospital. Ayato fue puesto en arresto desconociendo que había pasado con ella...Dos meses después. Ayato estaba sentado en su celda de pronto las rejas se abrieron y un policía lo saco a base de puntapies, cuando salió a la libertad el día estaba nublado y caía un pequeña llovizna. Se encontró con su madre y su padre, Ryoba lo cubrió con un impermeable y entraron al coche para ir a casa.
-¿Qué paso con Buda-chan? -Preguntó pero no hubo respuesta.
Mientras se dirigían a casa les hacía la misma pregunta sin apartar la vista de la ventanilla, pero no hubo respuesta. Cuando el coche se detuvo en un semáforo Ayato abrió la puerta y salió del auto perdiéndose en la lluvia escuchando los gritos de sus padres. Necesitaba saber que había pasado con ella.
No se atrevió ir al hospital temiendo que volvieran arrestarlo y seguramente no le dirían nada. Aun recordaba el camino a la casa de Buda-chan. La lluvia se hacía cada vez más intensa, y no podía ver casi nada por las gotas que caían sobre su rostro, apenas logró reconocer la parada de autobús donde se había bajado con Buda. Cuando logró reconocer la casa, noto que las luces estaban apagadas, se escabullo por el jardín trasero importandole un cuerno que alguien pudiera descubrirlo pero eso no sería necesario, forcejeo con la puerta y cuando logró entrar sus ojos se abrieron como platos al reconocer las cajas de mudanza, busco con desesperación la que debía ser la habitación de Buda-chan. La reconoció por lo que debía ser una repisa para trofeos pero Ayato se arrepintió enseguida, todas las cosas que debían ser de la pelinegra estaban en bolsa de basura y en una caja donde seguramente había ropa decía claramente con letras rojas y suficientemente grandes:"PARA DONAR".
Ayato salió espantado de aquella casa, corrió sin un rumbo fijo. Buda había muerto por su culpa sí él no hubiera ido a buscarla ella se habría ido con Megami y seguiría viva. Las lágrimas de Ayato se confundían con la lluvia, solo quería morirse, que un carro lo atropellara, que Megami no hubiera fallado y que la katana le hubiera perforado su espalda. Tal vez este había sido el plan original de la venganza de Megami: no quería que Ayato se pudriera en una cárcel, lo que quería era que cada vez que saliera a la calle el pelinegro fuera señalado como un asesino y que Ayato terminara enloquecido al saber que el había matado al amor de su vida y no había recibido ningún castigo a cambio.
Sí había sido así Megami tenía toda la razón. Ayato no podía más con la culpa, necesitaba a Buda, necesitaba tenerla cerca, sentirla, tal vez por eso llego al templo donde habían tenido su última cita. Ayato cayó sobre las escaleras, dejando que las lágrimas cayeran a su antojo, él no merecía vivir, saco unas pastillas que había extraído de la cartera de su madre antes de salir del coche, al ver que se negaba a decirle lo que había pasado con Buda.
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Saltando hacía la locura
FanfictionAyato Aishi esta loco por Taeko Yamada una chica un año mayor que el pero debido a que es muy tímido es incapaz de acercarse a ella entonces es arrastrado por la locura hasta el punto de matar a sus compañeros para que no se acerquen a ella y tenerl...