Cada día que pasaba Richard lograba acercarse más a Astrid, había descubierto que su hija no tuvo la oportunidad de estudiar una carrera, sus padres le habían dicho que la carrera de danza era costosa y además mal pagada, lo que significo para ella el derrumbe de sus sueños, orillada a tomar solo cursos básicos y tutoriales en internet, pero su habilidad innata la había llevado a recorrer varias ciudades con su amigo Nico y su grupo de bailarinas. También se entero que James, es decir, Conrad nunca fue un padre precisamente dedicado y cariñoso, trabajaba mucho pero en casa siempre hubo carencias, y su madre siempre abnegada y sonreía poco, además de que nunca festejaron su cumpleaños siempre algún contratiempo.
Richard con cada cosa que descubría sentía más coraje e impotencia, porque sin explicaciones le habían apartado de su hija y gracias a ello, sus oportunidades se habían reducido, sin embargo veía una mujer fuerte y segura de sí misma, inteligente y con sus metas muy claras.
Richard estaba dispuesto a apoyarla en todo lo que ella quisiera hacer, quería comenzar a ser su padre, quería darle todo lo que no pudo en 24 años. Sabía que la confrontación con Grace y James estaba cerca y se sentía preparado, aunque no sabía todavía como reaccionaria Astrid pues hasta el momento ella no había querido tocar el tema de su encuentro.
Se había citado para cenar, cada una de sus reuniones terminaba en anécdotas graciosas, esa era una de las reglas que Astrid había puesto y eso a Richard le agradaba pues le gustaba ver a su hija sonreir.
-Steve, te repito no es necesario que te quedes, puedes salir a divertirte, Astrid llegara en una hora y no saldremos, esta noche cenaremos en el departamento. – Richard había decidido comprar un penthouse en una zona exclusiva de Florencia.
-Bien Richard, pero estaré pendiente en mi celular, cualquier cosa llámame – Steve se despidió y se retiro, decidió salir a cenar para luego regresar, quería darles espacio a Richard y a su hija.
Al cabo de una hora Astrid llego, no traía buena cara, se notaba molesta, Richard quería saber que le pasaba pero aún no sabía bien como tratarla.
-Cociné pollo salteado con vegetales, no se si te guste pero es lo único que aprendí a hacer, mi madre, tu abuela, siempre me regañaba porque mis habilidades culinarias nunca fueron buenas – Dijo él tratando de aligerar el estado de animo de Astrid.
-Si esta bien, mi papá nunca me cocino nada – Astrid observo a Richard hacer una mueca de disgusto y entendió que era difícil para él este tema.
Comieron entre platicas triviales, hablando un poco de sus gustos y disgustos, cuando terminaron la cena, entre ambos habían recogido la cocina y se dirigieron a la sala para seguir conversando.
-Astrid, hija, se que tenemos poco tiempo conociéndonos, tu aún no confias en mi y lo entiendo, pero me gustaría saber que piensas acerca de encontrarme con Grace y James – Ella lo miro y se quedo pensativa unos instantes. – Escucha entiendo que es difícil para ti, después de todo ellos han estado contigo toda la vida pero esto es necesario.
-Se que ustedes tienen que encontrarse, se deben explicaciones y reproches, pero, quiero saber cual es tu pensar, ¿Qué es lo que esperas de ese encuentro?
-Te voy a hacer honesto, cuando tu madre huyo contigo y su amante, lo que más deseaba era encontrarla y hacerla pagar, quería recuperarte y tu madre jamás pudiera acercarse a ti y a tu hermana, tantas veces la odie por haber destruido a nuestra familia, hice cosas de las que no me siento orgulloso y aunque cuando tome esas decisiones estaba cegado por el odio y el rencor, no actue de la mejor forma – Richard estaba decido a decirle toda su verdad a su hija.
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Amor Dividido
ChickLitSeparadas cuando tenían 3 meses de nacidas. Sin saber una de la otra recorrieron caminos diferentes hasta que se cruzaron en un punto sin retorno. Ese punto con nombre y apellido, Luciano De Luca. ¿Podrán verse como hermanas cuando se enteren que am...