CAPITULO 27. HAZME TUYA

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-Emily te deseo como no tienes una idea pero esta noche no deseo tener solo sexo contigo Emily – Ello lo miro confundida.

-¿Qué es lo que quieres Luciano?

-Emily Taylor esta noche quiero adorarte, quiero hacerte el amor... - Sin esperar respuesta, Luciano la beso con intensidad, como temiera que ella lo rechazara.

Emily correspondió al beso y afianzo sus brazos a su cuello, mientras el acariciaba su espalda y movía sus manos con maestría. Sus lenguas chocaban y se acariciaban dando todo de si. De un momento a otro Luciano tomo sus piernas para que las enredara en su cintura. Luciano abandono su boca y comenzó un camino de besos por su cuello, camino hasta llegar a la cama de la suite, coloco a Emily en la cama y continúo con la tarea de dejar un reguero de besos por su cuerpo. Los ojos de Emily se cerraron involuntariamente enfocándose solo en el placer que estaba sintiendo al tener a Luciano adorándola como había dicho. Él se incorporo para poder observarla y comenzó a desvestirla lentamente, pronto la dejo solo en bragas y sujetador, se dio el lujo de recorrer su cuerpo con la mirada, al tiempo que comenzó a quitar su propia ropa. Emily veía sin perder detalle cada movimiento, sin poder ni querer evitarlo su mirada fue a parar al miembro de Luciano, el cual a pesar de estar oculto, de lejos se apreciaba que estaba listo para la acción, inconscientemente mordió su labio, gesto que no desapercibido para Luciano quien solo sonrió.

Emily se incorporo quedando sentada frente a Luciano, sus miradas volvieron a conectarse y sin dejar de verse, Luciano tomo las manos de Emily y las llevo hasta la hebilla de su cinturón, ella entendió y comenzó a desabrochar su pantalón, lo bajo lentamente llevándose consigo el bóxer. Él pene de Luciano salto gustoso de ser liberado quedando casi a la misma altura de la cara de Emily, ella inmediatamente enfoco su vista en aquel miembro, la punta esponjosa brillaba por el líquido que ya comenzaba a salir. Luciano sonrió al verla apreciar su pene.

-Dime preciosa ¿Qué es lo que quieres? – Pregunto Luciano con una voz más ronca de lo normal. Se estaba controlando para no tumbarla en la cama y poseerla fuerte y duro como le gustaba.

-Yo... yo quiero probarte – Dijo ella casi en un susurro pero qué escucho Luciano.

-Hermosa... hazlo. – Emily tomo su duro falo y lo apretó levemente pero lo suficiente para que Luciano soltara un jadeo y cerrara los ojos.

Ella comenzó a subir y bajar su mano lentamente al tiempo que lo apretaba y esparcía por toda su longitud el líquido preseminal. Luciano se sentía cada vez más excitado y comenzaba a costarle controlar su próximo orgasmo.

-¡Mierda!... nena... - Luciano no era capaz de abrir los ojos.

En un instante sintió el calor de la boca de Emily, abrió los ojos y la imagen que se encontró fue suficiente para sentir el calor y el éxtasis que llegaba a su cuerpo avisándole que se correría en cualquier momento.

-Emily... debes parar – su voz apenas audible le dejo a ver a la chica que estaba a punto de darle un orgasmo a Luciano, pero en vez de para, los movimientos de su boca metiendo y sacando el miembro se intensificaron y agrego su otra mano en los testículos de él, masajeándolos y apretando. Luciano se dio cuenta que estaba perdido.

-¡Emily!... – Luciano se corrió gimiendo el nombre de ella y comenzó a mover su cadera simulando envestidas hasta terminar de vaciarse en su boca, mientras ella intentaba no ahogarse con todo el semen derramado y las fuertes estocadas. Cuando termino ella alzo la vista para ver a la cara al hombre que estaba rompiendo muchas barreras en su vida. Luciano la miraba con los ojos nublados aún por el orgasmo, sin pensarlo la tomo de la nuca y pego sus labios a los de ella, el beso intenso hizo que todo se volviera gemidos, jadeos y caricias desenfrenadas. Luciano probó su sabor de la boca de Emily.

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