CAPITULO 42. SOMETIDA

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Astrid había terminado de hacer sus maletas, de acuerdo con lo que había platicado con Richard, estaría en E.U.A. alrededor de un mes, pensaba conocer algunos lugares que desde pequeña siempre había soñado con visitar, además Richard le contó sobre escuelas de danza muy importantes y reconocidas. Estaba muy entusiasmada pero la vez le angustiaba que sus padres siguieran molestos con ella. Era la primera vez que se distanciaban de esa manera, pero también entendía que le habían mentido, así que sabía que lo que estaba haciendo no era malo, ya que ella solo deseaba conocer sus orígenes y aprovechar las oportunidades que por fin se le estaban presentando, más bien que Richard le estaba dando a elegir.

Llamada telefónica

-Hola mamá – Astrid contesto su celular el cual sonaba con insistencia.

-Hija, ¿Cómo estas? – Grace le llamaba a Astrid para intentar convencerla de no hacer el viaje con Richard.

-Estoy bien, un poco atareada con las maletas y ¿Ustedes como están? – Respondía ella con el altavoz mientras continuaba su labor.

-No entiendo tu insistencia en irte con ese hombre, de verdad Astrid te desconozco – Grace mostro su indignación.

-Mamá por favor, no me digas que solo me llamaste para decirme eso, no los entiendo ni a ti ni a papá. Después de todo aún creen que lo que hicieron fue lo correcto. – Astrid se sentía indignada.

-No entiendes nada, cuando te enamores de verdad te darás cuenta de lo que se hace por amor.

-Si claro como abandonar a una de tus hijas, que gran ejemplo madre...

-Eres una mal agradecida, después de todos estos años así nos pagas, te hemos amado y cuidado, nos hemo desvivido por ti. No te reconozco Astrid, cada día que pasa te conviertes en una persona distinta, una extraña para nosotros.

-Si madre, he cambiado, estoy recuperando mi verdadera identidad, y no te equivoques los extraños siempre fueron ustedes... madre no quiero discutir de nuevo contigo o con papá, me iré a New York con Richard y estaré allá un mes, sabes lo mucho que he deseado conocer E.U.A., cuando vuelva podemos sentarnos ha hablar, creo que este tiempo nos ayudará madre.

-Bueno, tal vez que no estemos aquí cuando decidas regresar... tú hablas de recuperar tu identidad, bueno pues tal vez yo también quiera recuperar la mía.

-Entiendo... avísame cualquier cosa que decidan madre, sabes que los quiero a pesar de todo esto que estamos pasando, no dejan de ser mis padres.

Grace estaba muy molesta, sabía que poco a poco estaba quedándose sola, pues de estaba dando cuenta que James había cambiado mucho también o tal vez por fin después de tantos años estaba mostrando su verdadera cara. Comenzó a analizar su futuro y se dio cuenta que ya nada la ataba a ese lugar, tal vez en verdad era hora de volver a E.U.A.

Steve llego al departamento de Astrid, Richard le había pedido pasar por ella, saldrían a la mañana siguiente muy temprano y pensaron que lo mejor era quedarse en el penthouse con él. Como le prometió Steve no volvió a buscarla o a dirigirle la palabra más allá de alguna pregunta ocasional y siempre en relación a Richard. Astrid se sentía molesta pues deseaba que él la buscara, sin querer aceptarlo extrañaba su compañía así como lo que llamaba ella como ridiculeces románticas.

-Hola – Saludo él al llegar - ¿Estas lista?

-Ya casi, dame unos minutos – Astrid andaba descalza aún envuelta en un albornoz – Este es mi equipaje, yo solo termino de vestirme y nos vamos, mi amigo Nico llegara en cualquier momento, él se quedara en el departamento. – Dijo de corrido, se sentía ansiosa y no paraba de darle explicaciones.

Amor DivididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora