CAPITULO 32. TOCANDO FONDO

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Después del desencuentro con Alex, Luciano se dirigió a su casa, debía poner orden pues su hermana estaba haciendo las cosas mal, según sus creencias, desde que sus padres habían muerto, Luciano se dedico a cuidar de sus hermanos, de darles lo mejor y tratando de que nunca les faltara nada, sobre todo a Arianna, a quien veía aún como una niña, ingenua y demasiado sensible y delicada. Ahora le había demostrado que era una mujer que tenía necesidades y quería experimentar, sin embargo, él mejor que nadie sabía como algunos hombres solo buscaban aventuras y jamás se comprometían o les interesaban los sentimientos, él era uno de ellos.

-¿Dónde esta mi hermana? – Fue lo primero que pregunto cuando apareció frente a él Franco, el sobrino de Donato y su actual guardaespaldas.

-Señor, la señorita subió a su habitación, ordene que le subieran un té, estaba demasiado inquieta. – Contesto Franco, en pocos días se había adaptado y entendido como trabajaba Donato, tanto que se convirtió en uno de sus guardaespaldas principales.

-¿Mi hermano? – Pregunto mientras subía los escalones

-Salió temprano, se llevo a dos guardias, en estos momentos se encuentra en un bar, todo tranquilo, señor. – Contesto Franco, Donato se unió a él.

-Quiero saber todo lo que mi hermana ha hecho en las últimas dos semanas y a partir de mañana tú Franco serás su guardaespaldas, no la dejaras sola, ¿estamos?

-Si señor, todo claro. Mañana a primero hora tendrá la información solicitada – Luciano asintió y se dirigió a la habitación de su hermana.

Toco varias veces pero no tuvo respuesta, pensó que estaba haciendo algún berrinche. La puerta tenía llave así que no pudo abrirla.

-Arianna abre la puerta – Luciano trato de mantener la calma.

-Vete Luciano ahora no quiero hablar contigo – Contesto ella

-No es una petición Arianna, es una orden, déjate de berrinches y abre la maldita puerta, mira que puedo abrirla pero te estoy dando la oportunidad.

Arianna sabía que Luciano era capaz hasta de tumbar la puerta, por lo que decidió abrir. Acababa de colgar la llamada con Alex quien le explico lo sucedido con su hermano luego de que fue arrastrada por los guardaespaldas. Estaba muy molesta con su hermano por querer controlar su vida, por reclamar cuando él había lastimado a quien consideraba ya una amiga, a Emily.

-Luciano no estoy de humor para escuchar tus reclamos – Contesto ella con fastidio

-Vaya veo que te encuentras mejor, Franco dijo que estabas muy alterada, incluso mando por un té para ti. – Dijo Luciano sin moverse de su lugar.

-No me menciones a ese idiota, no se como lo soportas, es un engreido, un igualado, Gracias a Dios no es mi guardaespaldas.

-Franco ha demostrado ser un excelente elemento y desde ya te aviso que a partir de mañana, él será tu sombra, le he asignado tu seguridad.

-¡Queee! ¡Estás loco! No lo soporto, no lo quiero – Contesto ella volviéndose a alterar

-Me importa muy poco lo que quieras, es por tu seguridad y confió en él, fin del tema.

-En serio cuando quieres ser un grano en el trasero Luciano te sale a la perfección, desde ya te digo que no lo quiero y voy a hacer hasta lo imposible porque deje de ser mi guardia. Ahora vete, me arruinaste la noche y ahora estoy de mal humor – Intento empujarlo fuera de su habitación sin embargo, Luciano no se movio.

-¡No! Ahora mismo me vas a explicar desde cuando te vez con Alex y quiero toda la verdad ¿Me escuchaste?

-Claro que te escuche, no soy tonta, y no me apetece decirte nada, es mi vida Luciano. – Contesto ella tratando de tranquilizarse.

Amor DivididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora