CAPITULO 20. ATANDO CABOS

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Después del beso Luciano y Emily se separaron, hubo silencio en ambos hasta que Emily fue la que inició la conversación.

-¿Por qué me besaste Luciano? No digo que me haya molestado por qué no es así, pero quiero saber que es lo que hay entre nosotros. - Cómo siempre Emily buscaba una razón, un por qué para todo.

-Emily, no entiendo tu afán por querer encontrar un por qué a todo. A veces no existe un por qué, a veces solo se debe vivir el momento, disfrutar la vida. - Contestó Luciano sin saber realmente lo que quería decirle.

-No me gusta actuar por impulso, hace muchos años fui una persona que se dejaba llevar por las emociones y no me fue bien. - Dijo ella sin dejar de mirar a Luciano quien se paseaba por la habitación.

-No lo sé, solo quise besarte, me gustas Emily, me gustas mucho, creo que te lo he dejado claro, no sé que más decirte - Respondió él pasándose la mano por el cabello.

-Solo dime qué es lo que esperas de mi, que quieres de mí.

Luciano se quedó callado unos minutos, en realidad no tenía una respuesta para eso.

-Escucha Luciano, creo que ya sabes que tu también me gustas y mucho, despiertas en mi emociones que me gustan y me dan miedo por igual. Pero no soy estúpida, se que al ver a mi hermana sentiste algo, no sé que está ahí. Solo quiero que sepas que no soy juguete de nadie y plato de segunda mesa. Y por más que te desee no voy a pisotear mi dignidad. - Dijo Emily muy segura sin darse cuenta que también le había dejado claro a Luciano que se estaba convirtiendo en algo más que un rato o simple sexo.

-Yo... -No puso contestar por qué en ese momento apareció Alex en la habitación.

-¡Emily! Que bueno que ya despertaste enana, estaba muy preocupado por ti. - Alex se acercó y la abrazo.

Después de que el médico volviera a revisar a Emily y les confirmara que estaría bien, se sentaron a desayunar mientras charlaban sobre lo sucedido con Astrid y Emily.

-Emily no entendemos como es que terminaste en una de las jardineras, las cámaras de seguridad solo captan la espalda del hombre con el que charlaban peor nunca se ve el rostro. - Dijo su hermano sin preocupado.

-La verdad yo tampoco entiendo nada, vi a ese hombre y el me dijo que Astrid había tomado el camino que seguimos y después sentí un pinchazo en mi cuello y luego todo negro, no más. - Ella tampoco entendía que había pasado.

-Mi jefe de seguridad está investigando, pero hasta que no sepamos que sucedió, no en conveniente que andes sola, he designado a dos hombres que te acompañaran cuando no estés con Alex o conmigo. - Dijo Luciano

-No quiero guardaespaldas, no los necesito, solo me confíe por qué estábamos en tu hotel. - Replicó ella.

La discusión duro unos minutos hasta que Emily termino cediendo a petición de su hermano quien también estaba preocupado.

-Bien, me tengo que ir, debo atender unos pendientes. - Dijo Luciano poniéndose de pie.

-Nosotros volveremos al penthouse - Alex se giró a ver a Emily - ¿Por qué no vas a alistarme? - Emily asintió y se puso de pie para irse a la habitación no sin antes darle una mirada a Luciano que no supo cómo tomar.

Cuando Emily salió de la pequeña sala de la suite, se quedaron Luciano y Alex. En realidad este último había enviado a Emily a alistarse por qué quería hablar con Luciano.

-Luciano te agradezco mucho todo lo que has hecho por nosotros, aún sin conocernos, reencontrarnos con mi hermana en parte de lo debemos a ti. - Inicio Alex la charla.

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