No quiero despertarme. Solo desaparecer. Aunque lo de desaparecer ya lo he hecho a medias. Este sitio se siente como una cárcel. Querría ser capaz de volar, dar un salto y salir de aquí. Puedo volar, pero no soy capaz de ejecutarlo. Aunque ya es de día solo me muevo para rodar en la cama como si en lugar de ser una persona fuera un zurullo. Hacía tiempo que no estaba tan aislada. Aquí no se escucha nada. Está apartado, en el culo del mundo. Miro twitter en mi móvil y el maldito vídeo está en todas partes, en todos los portales. Me están buscando, y la poca gente que me conoce solo sale para decir lo típico que se dice de los asesinos seriales: "Parecía una buena chica, siempre saludaba".
Dejo caer el móvil en mi cara con dramatismo y me cubro con el edredón hasta las cejas, tratando de pasar de todo, hasta que escucho el sonido de las suelas de sus botas pegándose al mármol de la planta de abajo. En apenas unos segundos aparece aquí arriba.
—T,t,t... —Le miro y está moviendo su cabeza mientras camina a los pies de la cama. —Mírate, ¿podrías dar más pena?
—Demasiado bien estoy para estar en busca y captura, y para colmo aquí secuestrada.
—No estás secuestrada, solo estoy custodiándote. —Dice sentándose en la cama y poniendo uno de sus enfundados dedos en mi barbilla. —Deberías sentirte bendecida de que Homelander esté cuidando de ti, ¿No crees? Ese es el sueño de muchos.
—En algún momento darán conmigo.
—Nadie se preocupa por ti. Para lo único que quieren encontrarte es para matarte. —Se encoge de hombros, y yo frunzo el ceño. —Traaaaaanquila. Nadie va a matarte, no voy a dejar que nadie te toque un pelo.
—Eres consciente de que no necesito que me protejas, ¿verdad?
—Bueno, pero sí puedo ayudarte a ser quien eres de verdad. —Se pone de pie enérgico tirando de mi brazo. —Así que vamos, en pie, arriba, te he preparado el desayuno.
Dice con una sonrisilla que parece más o menos sincera, como si se sintiera orgulloso de su pequeña hazaña. Tira de mi mano a lo largo de las escaleras y el pasillo que da al salón, luminoso y amplio, con vistas a un jardín verde infinito en el que sospecho que planea entrenarme. La tele está encendida, con algún especial absurdo sobre Los Siete, y en la mesa hay tostadas de pan de molde, zumo de naranja embotellado, un par de cajas de cereales y una jarra con leche. Me retira la silla y me siento, camina hacia el otro extremo para sentarse ahí, delante de mi cara. Entonces me sirve un vaso de zumo y él se echa un vaso de leche.
—No quiero el zumo. Me gusta más la leche. —Le digo. Me mira con los ojos muy abiertos y sonríe. Entonces empuja la jarra y me la sirvo en un vaso limpio. —Agradezco el gesto, pero esto no se puede considerar hacerle el desayuno a alguien, ¿sabes?
—¿Ah, no?
—Poner una caja de cereales en la mesa no es cocinar. —Me mira con semblante muy serio. —No sabes cocinar, ¿verdad?
—No necesito saber cocinar.
—Eso sí que es lamentable. —Me río.
—Hablemos de las cosas serias. —Me corta. —¿Qué vamos a hacer contigo?
—¿Qué quieres decir? Eres tú el que me has metido en todo este lío. Si no fuera por el puto artículo mi jefe no me habría mandado a ese sitio de mierda y yo no habría tenido que pulverizar a ese tío.
—Puedo inventarme algún cuento para Vought, decirles que estoy en alguna misión secreta y quedarme aquí contigo. Enseñarte todo lo que debes saber.
—¿Puedo preguntarte una cosa?
—Claro.
—¿Qué pasará si la compañía da conmigo? Después de haber visto el vídeo supongo que estarán tratando de encontrarme.
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The American Good Boy (Homelander) *FINALIZADA*
Hayran KurguJane, una periodista que cubre la acción en la calle, es la encargada de hacer la entrevista más complicada, la que todo el mundo espera, las palabras de Homelander antes de que le nombren "El orgullo de la Nación", un premio honorífico creado solo...