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En la actualidad

Era miércoles, me encontraba haciendo el que sería mi último examen de la evaluación, y para mi buena suerte el examen era de inglés, mi asignatura favorita, ya que desde pequeña siempre se me había dado muy bien este idioma.
Al rato el timbre sonó, dando por terminado el examen. Mi amiga y yo nos levantamos, junto con el resto de la clase, para entregarlo. Al salir de clase nos abrazamos eufóricas, por fin se habían terminado los malditos exámenes.

— ¡No me puedo creer que por fin hayamos terminado! - dijo emocionada levantado sus brazos para estirarse.
— Ni yo, si te soy sincera pensé que moriría esta semana con tanto examen.
— Tú tan positiva como siempre.

Al decir eso las dos nos echamos a reír. Danielle y yo éramos mejores amigas desde hace más de 5 años, somos como hermanas pero de distinta madre. La conocí de casualidad en un parque que había cerca de mi casa, nos hicimos amigas muy rápido, y como si fuese cosa del destino, supe que ella vivía muy cerca de donde yo vivía. Eso realmente me hizo feliz. Desde entonces nos hemos vuelto inseparables.

— Por cierto, ya tengo tu regalo de cumpleaños.
— ¡¿En serio?! ¿Qué es? - dije emocionada. Desde hace unos años siempre me emocionaba cuando llegaba el día de mi cumpleaños, cosa que antes no me sucedía.
— Obviamente no te lo voy a decir, es una sorpresa. - dijo tocando la punta de mi nariz con su dedo a lo que yo hice un puchero, ella sólo se limitó a reír. - Tranquila ___, te lo daré el sábado, sólo te diré que es algo que llevas mucho tiempo queriendo.

No me dejó ni responder, ya que me cogió de la mano y fuimos corriendo directas a nuestras taquillas a coger algunas cosas y a dejar otras que no nos hacían falta. Estaba sumergida en mi mundo colocando mis cosas y pensando en qué sería el regalo que Danielle tiene para mí, cuando de repente noto que la susodicha me da leves codazos.

— ¿Qué pasa? - dije sin entender muy bien porque tenía esa cara y me sonreía.
— Mira quién está ahí esperándote, tu hombre. - dijo sonriéndome pícaramente.

¿Mi hombre? No podía referirse a otro que no fuese él.

Giré lentamente en dirección a donde me señalaba Danielle, y ahí estaba él, el chico por el que llevaba enamorada desde hace unos años, el cual jamás podía sacar ni de mi mente, ni de mi corazón. Ahí estaba Jeon Jungkook. Su mirada se cruzó con la mía, y en cuánto me vio me sonrió.

Danielle y yo fuimos hasta la puerta principal del instituto, dónde él estaba. Me empecé a poner nerviosa cada vez que me iba acercando más a él, no podía evitar sentirme así cada vez que estaba cerca suya.

— Hola Kookie. - dije algo tímida.
— Hola chicas, ¿cómo ha ido vuestro día? - dijo sonriente, aunque a decir verdad, no me quitaba la mirada de encima, lo que me ponía aún más nerviosa.
— Genial la verdad, por fin hemos terminado los exámenes así que somos libres. - dijo sonriente Danielle. - Oh, chicos lo siento, tengo que irme, acabo de recordar que hoy tengo que llegar temprano a casa. ¡Nos vemos!

Antes de irse corriendo pude ver cómo Danielle me guiñaba un ojo, será mala... seguro que fue mentira lo que dijo y lo hizo para dejarme a solas con Jungkook.

— Kookie... ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en la universidad? - pregunté curiosa.
— Si, pero mis clases terminaron antes de tiempo, y decidí venir a buscarte. Por cierto, no me has dado un abrazo. - se cruzó de brazos haciendo el intento de parecer adorable. Para tener 17 años hay veces que no los aparenta.

Yo simplemente le sonreí y le abracé con todas mis fuerzas, a lo que él me correspondió abrazándome de igual manera. Al separarnos él me tenía todavía agarrada de la cintura, nos quedamos mirándonos a los ojos por unos segundos hasta que mi querido hermano interrumpe el momento.

— ¡Hey, Jungkook! Más te vale soltar a mi hermana si no quieres que te pegue una paliza.
— ¡Jimin! - dije ruborizada a más no poder, apartándome de Jungkook rápidamente.

Jungkook sólo se limitó a reír, parece que le hacía gracia la situación. Jimin realmente no lo decía en serio, aunque por su tono de voz podría jurar que si.

Íbamos los tres juntos de camino a casa, ellos iban hablando de sus cosas, mientras que yo iba escuchando música con mis auriculares. De vez en cuando miraba de reojo a Jungkook, enamorándome aún más de él si eso era posible. En una de esas veces Jungkook se percató de que estaba mirándole, yo no cabía en mí de la vergüenza, él sólo se limitó a sonreírme y a guiñarme un ojo, sin que se diera cuenta mi hermano, ya que si Jimin se daba cuenta seguro que lo mataría ahí mismo. Él siempre había sido así conmigo, tan protector, y yo le adoraba más que a nada en el mundo, era el mejor hermano del mundo.

Alone. [Jungkook & ___] Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora