ღ 20; especial (3) ღ

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- Kookie... ¿seguro que eso... va a entrar ahí? - preguntó ___, y ante la pregunta que acababa de hacerme pude ver cómo se sonrojaba.
- Si, amor. Te aseguro que entra, pero no te preocupes, tendré mucho cuidado. - dije, intentando calmarla. Era inevitable que no fuese a dolerle, pero me encargaría de reducir ese dolor lo máximo que pueda. - Dame tu mano. - pedí.

Entrelacé una de mis manos con la de ___, brindándole así un poco de la seguridad que sabía que necesitaba.

Con mi mano libre, acaricié mi miembro, bombeándolo un poco. ___ quitó la mirada que tenía puesta sobre mí, seguramente porque se avergonzó al ver lo que acababa de hacer.

Cogí la cajita con los preservativos que tenía en mi mesita de noche, me lo coloqué y me posicioné de nuevo encima de ella, sin dejar caer todo mi peso. Lentamente fui introduciéndome en ella, teniendo la precaución de no ir demasiado rápido, no quería hacerle más daño de la cuenta.

- Amor, estás muy estrecha. Relájate, hazme caso. - dije, acercándome a su rostro, acariciando con la punta de mi nariz su mejilla.
- Kookie... duele mucho. - dijo, sollozando. Me dolía en el alma verla así.
- Lo se, preciosa. Confía en mí, el dolor se irá. - dije, para acto seguido besar su mejilla, limpiando un rastro de lágrimas que salían de sus ojos.

Al terminar de introducirme en ella no hice ningún movimiento más, no hasta que ella estuviese preparada para seguir. Mientras, me dediqué a darle caricias con mi mano libre por todo su cuerpo.

Cuando pude notar cómo el agarre que tenía en nuestras manos entrelazadas fue disminuyendo, la miré directamente a sus ojos.

- ¿Estás bien? ¿Puedo seguir? - pregunté, pero por su parte solamente recibí un asentimiento, junto con una hermosa sonrisa, y eso bastó para que pudiera comenzar.

Junté nuestros labios en un cálido, pero desesperado beso. Estábamos fusionándonos el uno con el otro, demostrando así todo el amor que sentíamos. Mis embestidas fueron aumentando a medida que iba pasando el tiempo. Tampoco tenía prisa, quería que esto fuese placentero para ambos.

Cogí sus pechos con mis manos, masajeándolos, obteniendo varios suspiros y gemidos por su parte, mientras me dedicaba a saborear de nuevo su cuello, cosa que desde siempre había sido demasiado tentador para mí. Todo en ella me fascinaba.

- Jungkook, estoy... cerca. - dijo, aferrándose a mí, agarrando con algo de fuerza mi pelo.
- ¿Qué es eso de "Jungkook", amor? - pregunté, mordiendo levemente su cuello, dándole una fuerte embestida, a lo que ella reaccionó con un fuerte gemido. Ese sonido era música para mis oídos.

Estábamos a punto de llegar, podía sentirlo. Gemíamos al unísono, haciendo así que la excitación que sentíamos aumentara al saber que el otro también recibía el mismo placer. Unas cuantas embestidas más fueron suficientes para que ambos llegásemos al orgasmo a la vez. El nombre del otro salía de nuestras bocas, acompañado de un gran gemido. Ambos estábamos agitados, cubiertos por una fina capa de sudor, aunque llenos de amor y felicidad.

Me abracé a ___, y salí lentamente de ella, sin poder evitar que gimiésemos a la vez, debido a la fricción causada por el roce de nuestras intimidades.

- ¿Te sientes bien? - pregunté, besando su frente.
- Si... - susurró, devolviéndome el abrazo.

Duramos así unos cuántos minutos, mis ojos empezaban a cerrarse, debido al cansancio y a las horas de la madrugada que eran. ___ por su parte ya se encontraba medio dormida en mis brazos, pero no podía dejar que se durmiese así.

- Amor, deberías ir al baño y limpiarte, y ponerte tu pijama. - dije, acariciando su suave y desnuda espalda.
- Pero estoy muy cansada y estoy cómoda así, Kookie. - dijo, aferrándose aún más. Realmente cuando se lo proponía podía llegar a ser sumamente adorable.

Alone. [Jungkook & ___] Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora