Alone. [Jungkook & ___] Editando.

33.

Un mes había pasado, un maldito mes, en el cual mi vida no volvió a ser la que era. A raíz de lo que había sucedido con Jungkook, apenas había pisado la universidad, ya que para mí era impensable poder volver a mirarle a la cara después de lo sucedido.

Mis padres se encargaron de comunicar a mis profesores que no iba a asistir a clases durante un tiempo si no era realmente necesario, y por mi parte, estaba agradecida de que junto con Jimin entendiesen a la perfección la situación, y con ello mi estado de ánimo, que estaba por los suelos, por lo que era imposible poder asistir a clases con normalidad.

No estaba bien. En este tiempo no había dejado de llorar ni un solo momento. No salía de mi habitación para absolutamente nada, salvo algún que otro día que por obligación tuve que ir a clases, sin ánimo alguno claro está, aunque para mi suerte, tanto Jimin, como las chicas, estuvieron conmigo en todo momento.

Esos días en los que tuve que ir a clases me crucé con Jungkook más de una vez, pero ninguno articuló palabra alguna. En esos momentos simplemente quería desaparecer por completo, quería estar encerrada en mi habitación, sin saber nada, aislada de todo. El dolor que sentía aumentaba cada vez que nuestras miradas se conectaban. Era tal el sufrimiento, como si estuviesen clavando una y otra vez un cuchillo en mi corazón.

Por mi cabeza pasaban todo el rato las mismas preguntas, ¿por qué, Jungkook? ¿Por qué hiciste eso? ¿Tan poco te ha importado lo que teníamos? ¿Acaso soy la única que lo está pasando mal?

En este tiempo no había recibido siquiera un simple mensaje, o alguna llamada por su parte. No obtuve nada, ninguna explicación del por qué. Nada.

Probablemente lo que más me dolía, era el simple hecho de que cuando nos encontrábamos de casualidad por la universidad, no tenía el valor siquiera de decir nada, ni de disculparse al menos.

¿Acaso todo había llegado a su fin, y no quería asimilarlo? Esa era la pregunta que más se repetía en mi cabeza, y mientras más lo pensaba, más destrozada me sentía.

El sonido de la llamada entrando en mi teléfono me sacó de mis pensamientos, por lo que pasé una de mis manos por mis ojos, limpiando así un rastro de lágrimas que recientemente estaban cayendo, para poder ver de quién se trataba.

Sin saber por qué, una mínima esperanza de que fuese él aquella persona que estaba llamándome se pasó por mis pensamientos, pero claramente no iba a ser él.

- Hola, Danielle. - musité, una vez que descolgué la llamada.

Danielle es, entre otras personas, una de las que más estaba pendiente de mí, preocupándose a cada momento, sin dejarme de lado ni un instante, cosa que agradecía inmensamente, principalmente sin ella no sabría qué sería de mí.

- Hola, cariño. No te pregunto cómo estás porque puedo hacerme una idea. - dijo, provocándome una leve sonrisa que apenas duró unos segundos. - ¿Has desayunado ya?
- Si, puedes estar tranquila por eso. - dije, llevando inconscientemente la mirada hacia la bandeja con los platos vacíos de mi desayuno, el cual mi madre me había preparado.
- Más te vale que sea verdad. - dijo, en tono amenazante. - No quiero que vuelvas a hacer esa estupidez de no comer absolutamente nada, ¿me oyes?
- Tranquila Danielle, ya aprendí la lección, y no volveré a hacerlo. Lo prometo.

Pasado un rato, después de que me contase algún que otro cotilleo para intentar subirme el ánimo, Danielle tenía que colgar, puesto que esta se encontraba en el descanso de las clases y faltaba poco para que terminase.

- Oye, ___. - me llamó. - Antes de colgar, debo decirte una cosa.
- Dime. - dije, acurrucándome en mi cama mientras abrazaba una almohada.
- Sé que no estás de ánimo, y que no te apetecerá en absoluto, pero para pasado mañana han organizado una actividad en la universidad, y debemos ir todos. - empezó a decir. - Ya sabes a qué me refiero con que debemos ir todos.

Joder, ¿me estás diciendo en serio que debo ir a esa mierda de actividad, y que probablemente tendré que ver a Jungkook? No es lo que más me apetezca en el mundo, y menos en estos momentos, sinceramente.

~~~~~~~

Nos encontrábamos en la cafetería de la universidad, bueno, más bien yo estaba apartado de todos ellos. No estaba en mis mejores momentos, la verdad.

Desde que sucedió lo que sucedió, todo entre nosotros se había vuelto tenso, y sabía que todo era mi culpa. No he dejado ni un sólo día de reprocharme a mí mismo una y otra vez lo que hice. No merecía el perdón de nadie, y menos aún el de ella.

- Tíos, ¿iréis a la actividad que han preparado para toda la universidad, no? - preguntó Hoseok de repente. A él siempre le emocionaban estas cosas, pero por mi parte, me importaba una mierda.
- Por supuesto, además me apetece mucho ir. - dijo Tae a su lado, igual de emocionado.

Los chicos parecían súper emocionados con esa maldita actividad, mientras que a mí no me hacía ni la más mínima ilusión.

- Eh, Jungkook. - habló de repente Jimin, llamando mi atención. - ¿Irás? - preguntó seriamente, sin muchos ánimos.
- ¿Tengo otra opción? - dije, levantándome del asiento, dispuesto a irme.
- Espera, Jeon. - dijo Yoongi, haciendo que parase en seco mis movimientos. - Voy contigo.

Necesitaba salir de ahí, y relajarme, por lo que fuimos directamente a nuestro sitio en el patio de la universidad.

- ¿Otro cigarro, Jeon? - preguntó Yoongi a mi lado.
- Qué más da. - respondí de mala gana, pegándole una fuerte calada.
- Sólo me preocupo ti, sabes. - dijo, arrebatándome el cigarro de las manos.
- ¿Qué cojones haces, Yoongi? - pregunté, claramente cabreado.
- Lo mismo podría preguntarte yo a ti. - contraatacó Yoongi. - Por lo que sé, es el quinto cigarro que te fumas en lo que llevamos de mañana, joder, Jeon.
- ¿Y que más te da, tío? Tú no eres el más indicado para decirme qué es lo mejor o no para mí, te lo recuerdo. - dije, notando cómo mi paciencia se estaba acabando.

Un silencio incómodo se apoderó del momento. Ambos nos mirábamos directamente a los ojos, sin apartar la mirada.

- ¿Sabes? Me suda la polla o lo que hagas o no, Jeon. - dijo, tirando el cigarro al suelo, para acto seguido aplastarlo. - Simplemente me preocupo por ti, y no soy el único. - confesó. - Haz lo que te salga de los huevos. - dijo, con intención de irse, pero detuve su paso.
- Espera, espera. - dije, cogiéndole del brazo. - Lo siento, tío. Sabes que toda esta situación está acabando conmigo y... - no pude continuar con lo que iba a decir, ya que me interrumpió.
- Lo sé, créeme. - dijo, volviendo a cruzar su mirada con la mía. - Por eso mismo me preocupo por ti, y si puedo evitar que hagas alguna tontería de la que te puedas arrepentir, lo haré, por más imbécil que seas.

No sabía qué decir. Esas ganas de volver a llorar estaban volviendo a mí, no podía evitarlo.

Estaba destrozado. En este tiempo he podido darme cuenta de infinidad de cosas, pero una de las más importantes es que ___ para mí realmente lo es todo, es todo lo bueno que siempre le ha faltado a mi vida.

Sin ella no era nada, no era nadie. Ella era mi felicidad, mi motivación para seguir día tras día, y creo, que sin miedo a equivocarme puedo decir que en este tiempo que he estado sin ella, he perdido completamente el juicio.

- Jeon. - me llamó Yoongi, aunque por mi parte seguía con la mirada clavada en el suelo. - No hace falta que aparentes nada, al menos conmigo.

Al decir esto, pasó su brazo por mi cuello, dándome un poco del apoyo que necesitaba, y con ese simple gesto, terminé de romperme.

- Tío... siempre acabo haciéndole daño. - dije, empezando así a caer las lágrimas que estaban amenazando con salir. - Tal vez ella... sería mucho más feliz sin mí. - terminé de decir, notando cómo mi corazón se rompía en mil pedazos. La simple idea de no tenerla en mi vida, me aterraba, pero no podía permitir que siguiera sufriendo, y menos por mi culpa.
- Déjate de gilipolleces, Jeon. - dijo Yoongi, dándome una leve colleja en el cuello. - Vamos a solucionar esto, créeme, ¿o acaso vas a permitir que se salgan con la suya? - preguntó, mirándome directamente a los ojos, haciendo que cayese en la realidad.

La verdad es que razón no le faltaba, por nada en el mundo permitiría que los verdaderos causantes de todo se saliesen con la suya. Debía solucionar esto, cuánto antes, aunque no supiese cómo.

Lo único que tenía claro, es que no iba a dejar pasar más el tiempo. Me daba todo igual, sólo quería recuperarla.