Alone. [Jungkook & ___] Editando.

30.

Días después

Después de dedicar todo el día de ayer a preparar el que hoy sería el mejor día de mi chica, y a la vez el mío, me encontraba realmente satisfecho, y a su vez, emocionado. Realmente quería que todo saliese según lo planeado.

Empecé a prepararme con bastante tiempo de antelación, puesto que quería tener tiempo de sobra para así poder asegurarme de que todo estaba perfectamente organizado, y mentiría si dijese que no estaba empezando a ponerme nervioso.

Solté un suspiro, mientras me echaba un poco de mi perfume, intentando así calmar mis nervios, y una vez estuvo todo totalmente listo, y estuve conforme con lo que veía en el reflejo del espejo, decidí salir de mi departamento, para ir en dirección a casa de mi chica.

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- Mamá, ¿cómo me veo? - pregunté, por tercera vez en menos de un minuto. La verdad es que estaba nerviosa.
- Cariño, estás preciosa. - dijo mi madre, dedicándome una sonrisa.
- Estás hecha toda una princesa. - dijo mi padre.
- Opino lo mismo, ___. - dijo Jimin, apareciendo por la puerta de mi habitación. - Estás muy guapa, aunque tengo que admitir que no me hace ni pizca de gracia que mi querida hermanita esté creciendo tan rápido. - dijo, cruzándose de brazos, sin poder ocultar la gran sonrisa que reinaba en su rostro.
- Anda, Jimin, no seas así. - dije, riendo, mientras iba hacia él, para abrazarle.

Después de aquello, el sonido del claxon del coche de Jungkook sonó, llamando nuestra atención, dando a entender que ya había llegado, por lo que me despedí rápidamente de mi familia, para poner rumbo hacia la puerta principal de casa.

Al salir, la primera imagen que encontré fue a Jungkook, con una gran sonrisa en su rostro, soltando una leve risa de nariz cuando me vio acercarme a él, bajando la vista a sus manos, debido al nerviosismo. Verle así hizo que mi corazón se estrujara de sobremanera, puesto que hasta el más mínimo acto de él hacia latir mi corazón, incluso verle simplemente respirando lo exaltaba demasiado.

En el trayecto, Jungkook decidió vendar mis ojos, ya que según lo que me había dicho, tenía una sorpresa para mí, y no podría saber de qué se trataría hasta que llegase el momento. Momento el cuál no tardó mucho en llegar.

- ¿Kookie? - pregunté, un poco alterada, al notar cómo este paró el coche sin previo aviso.
- Tranquila, amor, ya hemos llegado. Espera un momento, voy a ayudarte a bajar del coche. - dijo, pasando una mano por mi brazo, acariciándolo tiernamente, en señal para tranquilizarme.

Acto seguido, noté cómo se bajaba del coche, para rápidamente pasar por mi lado, para efectivamente, ayudarme a bajar del coche, pero lo que hizo me pilló totalmente por sorpresa.

Me cogió en peso, como si de un saco de patatas se tratase, no podía creer que estuviese haciendo esto.

- ¡Kookie! ¡Se me está viendo todo! - dije, con alguna que otra dificultad para intentar cubrir mis partes bajas.
- Tranquila amor, ya me encargo yo de que no se te vea nada. - dijo, pasando una mano por mi trasero, momento el cual aprovechó para palmearlo, y sin quererlo, solté un leve quejido, que bien podría confundirse con un gemido, provocándole así una leve risa al autor de ese quejido por mi parte.

Una vez que me dejó en el suelo, con sumo cuidado, retiró la venda de mis ojos, permitiéndome así poder observar el lugar en el que estábamos.

Era mi lugar favorito, el río Han, este sitio que siempre me había traído tanta paz y tranquilidad, y que ahora, podría decir con total seguridad, que se había convertido en nuestro lugar favorito.