Capítulo 19

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Namikaze.

Y aquí estaba con una expresión de molestia en mi rostro. ¿Y a que se debe esto? Pues resulta que estando alrededor de treinta minutos analizando aquel collar, descubrí que bajo aquel característico dibujo del Fénix, aparte de tener una dirección, había un pequeño botón trabado. Esa era la razón de mi molestia, puesto que no podía destrabarlo y no sabía con que.

Después de unos quince minutos de estar intentando, se me ocurrió agarrar unas tijeras y usar la punta. Al fin pude destrabarlo. Cuando estuve a punto de presionar el botón, el ambiente se tornó oscuro y una especie de niebla rodeó la habitación, no estaba seguro de hacerlo pero la curiosidad me invadió —de todos modos sabía que no sería nada malo— y sin más lo toqué.

Inmediatamente comenzó a calentarse por lo que lo lancé al suelo, puesto que me había quemado. Empezó a vibrar y saqué el arma para salir de la casa, luego de eso una especie de rugido invadió el lugar, era con tanta potencia que tuve que tapar mis oídos y bajar la vista. Los gemelos llegaron a mi lado y se pusieron frente a mí con sus armas en mano.

Estaba un poco aturdido por el sonido. Cuando levanté la vista pude observar como ambos jóvenes frente a mí retrocedían unos pasos —por ende haciéndolo también— y bajaban un poco sus armas pero no la guardia. Cuando levanté la vista hacia donde ellos miraban encontré a un Fénix de fuego volando sobre la pequeña casa.

Sin más me adelante rápidamente frente a los gemelos, pero Notsuga trataba de ponerse enfrente, aún así no lo permití

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Sin más me adelante rápidamente frente a los gemelos, pero Notsuga trataba de ponerse enfrente, aún así no lo permití.

— Maestro, ¿Que hizo ahora? —dijo Notsuki tratando de mirar al frente lo cual era casi imposible gracias a esa ave que aleteaba con demasiada fuerza—.

— Bueno... Sólo trataba de hacer algo.

— ¿Trataba? —dijo con enojo Notsuga—.

— Ya, lo siento. Quería hacer algo pero no creí que esto fuera a pasar.

— Lo mejor sería irnos atrás del Templo, allí hay lugar. En cambio aquí nos caeremos al agua.

— Bien, ustedes vayan.

— Pero. —estaba a punto de protestar cuando lo interrumpí—.

— ¡Obedece, Notsuga!

Ambos jóvenes salieron corriendo hacia tal lugar, mientras tanto, entre rápidamente a la casa y tomé el objeto que estaba frío, y me dirigí con los gemelos. Casi por obligación, el Fénix comenzó a seguirme. Me va atrapar.

A lo lejos pude ver a los Guardianes, quiénes me observaba con duda mientras me acercaba a ellos pero ya era tarde, el Fénix estaba por alcanzarme.

— ¡Que alguien lo atrape! —grité y sin pensarlo mucho arrojé el collar y luego me lancé al suelo—.

Tal y como pensé, el Fénix solo sigue el collar. Vi como los chicos se empujaban con tal de agarrar el collar, pero solo uno lo agarro y fue Notsuki quién comenzó a correr al ver al ave ir tras él.

— ¡Que alguien me ayude! —gritó con desespero—.

— ¡Lánzalo! ¡Estoy libre, vamos! —gritó su hermano corriendo a unos metros cerca de él—.

Cuando se disponía a lanzarlo, el Fénix hizo la misma acción de antes, aleteo con fuerza levantando mucho viendo por ande haciendo volar a Notsuki quién había soltado el objeto. Luego de eso, al ave tomó el collar entre su pico pero Notsuga, quién había estado corriendo y tomando impulso, saltó hasta el y le arrebató el collar y se acerco a mi.

Creí que me lo daría, así que me levanté, pero no se detuvo y no tenía planeado cambiar de dirección, así que sin más lanzó el objeto y se desvió. Mi vista se fue junto con el collar pero al voltear al frente me lancé el suelo de inmediato, luego me levanté y le grité a Notsuga.

— ¡¿Como te atreves?! —y corrí tras él—.

Cuando llegue a su lado, empecé a pelear con el ya que no me devolvía el collar. Cuando logré distraerlo, se lo arrebate y cambie de dirección, luego me detuve y volteé lentamente. El Fénix venía hacia mi con intenciones de quitarme el collar, pero lo alce entre mi mano. Una fuerte corriente de viento envolvió mi cuerpo, y cerré mis ojos. Al abrirlos, se habían tornado de un color blanco y miré al Fénix fijamente quién estaba frente a mí.

Aterrizó sobre la tierra y de igual modo me observó fijamente, sabía que los ojos blancos no le estaban haciendo ningún efecto pero de igual modo estaba tranquilo esperando alguna señal de su parte. Se agachó un poco y dejó mostrar otro collar colgando sobre su cuello y el fuego que antes lo cubría cambio a un pelaje rojo intenso ¿Acaso debo tomar su collar? Estaba inseguro, pero al ver que permanecía en el mismo lugar acerqué mi mano con lentitud y lo tomé entre mis manos.

No quería quitárselo, me acerqué más a el y abrí el collar. Había una pequeña nota y una foto, lo cual tomé entre mis manos y cerré el collar. Luego de eso el ave se acurrucó en si y cerró sus ojos. La nota decía :

“Haz encontrado una de las partes del rompecabezas. Sólo queda decirte que la persona que buscas está más cerca de lo que crees, y debes dejar de buscarla. Rose, es la niña a la que tanto buscas, pero jamás la encontrarás ya que vives en una mentira”

¿Una mentira? ¿Que es esto? ¿Como se supone que sabré quién es cuando hay muchas personas cercanas?
Tomé la fotografía, era una niña de cabellos negros y ojos marrones. Un fuerte dolor de cabeza se hizo presente y cerré mis ojos hundiéndome en un recuerdo.

Flashback.

— ¡Vamos, Kenta! ¡Corre!

— ¡Voy tras de ti! —dijo mi versión pequeño—.

Habíamos llegado a un prado de un color verde puro mientras unas flores lo decoraban. Jugaba junto aquella niña, reíamos y hablábamos. Estaban ambas familias —a excepción de Shona, el solía entrenar todo el día como el Guardián que era— y nos llamaron. Mi padre, quién se había vuelto una persona fría en la actualidad, llevaba una sonrisa en su rostro.

Nos sentamos y empezamos a comer los sánguches que nuestras madres habían preparado. Cuando los terminamos, volvimos nuevamente va esa colina a seguir jugando.

— Kenta.

— ¿Si?

— Si algún día me sucediera algo. —voltee a verla—. ¿Crees que me recordarías?

— ¿Por qué dices eso? Claro que te recordaría.

— Me alegra oír eso. —dijo y me rodeó con sus brazos a lo que correspondí con una sonrisa en mi rostro—.

— ¿Puedo sabes por qué la pregunta?

— Simplemente es curiosidad.

Seguimos abrazos hasta que sentimos como nos observaban, volteamos hacia el lugar —sin romper nuestro abrazo— y eran nuestras madres viéndonos con una sonrisa en sus rostros.

— Ay~ que cositas más lindas. —dijeron las dos al unísono—.

— ¡Mamá! —dijimos ambos les separamos y seguir jugando en lo que quedaba de tarde—.

Fin del flashback.

¿Con que es ella? ¿Por qué no la recordaba? Hay cosas que no encajan, necesito hablar de esto con alguien pero mis padres no son una buena idea.

Al salir del recuerdo mi vista se torno un tanto borrosa por lo que retrocedí unos pasos. Lo último que recuerdo escuchar fue a los gemelos llamarme, unos pasos acercándose y un fuerte sonido invadir el lugar.

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