Janet.
Eran aproximadamente las 19:24pm, cuando había comenzado a ayudar a mi madre con la cena, era todo muy tranquilo hasta que mi madre decidió poner un poco de música -la cuál la puso en un volumen no tan considerado alto- pero aún así mantenía su postura tranquila, reí por lo bajo.
En cierto momento escuché un ruido en la planta alta por lo que me acerqué a las escaleras y miré hacia arriba pero no había nada por lo que volvía a la cocina pero en el corto trayecto volví a oír el ruido, divague un poco con la mirada y observé a mi madre.
— Ah mamá, iré arriba, debo de ir a buscar algo. —dije para sacarme el delantal y dejarlo sobre la mesa—.
— Claro, hija.
— Ahora regreso.
Luego de que dijera eso salí corriendo hacia la planta alta y miré el pasillo, me acerqué a la puerta de Isaac y estaba cerrada con llave, era costumbre de él, no le gustaba que entraran a su habitación si el no estaba. Volví de regreso a mi habitación y la abrí, la ventana estaba abierta, la cama estaba un poco desordenada, y finalmente pose mi vista en el sillón, allí estaba él, tirado sobre el sofá sin su remera mirando la nada.
— ¿Que... Que estás... Haciendo? —dije mirándolo un poco sonrojada—.
— ¡Janet! —se levantó rápidamente del sofá y me observó—.
— Bien... ¿Por qué la cama está así y por qué la ventana está abierta?—trataba de no mirarlo—.
— Es que hace un poco de calor y sobre lo de la cama. —dijo mirando tal objeto, sonrió y volteó a verme—. Te extrañé tanto. —luego de eso me rodeó rápidamente con sus brazos—. Tengo una sorpresa para tí pero no pudo dártela hasta que no sea medianoche.
— ¿Que haces aquí? Tienes muchas cosas que explicarme.
— Si, lo sé, y lo siento, luego te diré todo pero recuerdo que debías de hacer algo, ¿Cierto?
— Si, ¿Me esperas?
— Te esperaría todo el tiempo del mundo. —sonreí, él se acercó a mí y murmuró—. Estás muy roja, deberías de hacer algo.
— Cállate. —me tapé el rostro y salí de la habitación hacia la cocina, donde mi madre me observó por unos segundos—.
— Hija, ¿Estás bien?
— Si... Si, claro que sí, solo tengo un poco de calor es todo. —sonreí—.
Observé de nuevo a mi madre quién tenía una sonrisa en su rostro. Seguimos en la preparación de la cena, hasta tenerla lista, ahora solo deberíamos de esperar a papá, ya que Isaac sale muy tarde de la universidad y no me gusta comer sin él, miré la hora 19:57pm. Mamá se había ido al living a leer un rato, por lo que subí nuevamente a mi habitación.
Allí estaba él, en su forma gatuna, acostado en el sillón mirando la nada, me acerqué por detrás del sillón sin hacer ruido alguno y lo observé, estaba quedándose dormido. Por accidente hice ruido y se levantó observándome.
— Tranquilo, soy yo. —acaricié una de sus orejitas, luego me senté en el sillón a un lado de él y se acostó sobre mis piernas por lo que comencé a acariciarlo con ternura—. Te amo Namikaze. —su única respuesta fue acurrucarse y quedarse dormido, pero en el fondo sabía que estaba sonriendo. De igual modo, me quedé dormida—.
Desperté al sentir el sonido de mi puerta ser golpeada, miré la hora... 21:03pm. Miré a Namikaze... Aún seguía dormido, con el sumo cuidado lo dejé a un lado de mí y fui a atender el llamado. Era mi madre.
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Huellitas Mágicas 🐾
De TodoElla es Janet, tiene diesiciete años, su cabello llega hasta un poco más debajo de sus hombros, es de un color marrón intermedio y sus ojos son del mismo color, va a la preparatoria. Es una chica simpática, amable, cariñosa, le gustan los animales...