Capítulo 6

75 8 2
                                    

Omnisciente.

Un joven de 19 años, estaba mirando fijamente el techo de su habitación, luego de despertar hace 30 minutos. Se levantó de la cama y salió de su habitación, camino hasta la de su hermana y abrió la puerta.

Namikaze.

A pesar de estar durmiendo, mis sentidos siguen al tanto de lo que sucede al mi alrededor, ¿Quién sabe lo que llegue a ocurrir? A pesar de todo tengo que estar alerta y protegerla pero no puedo permitir que me vean en la casa o que ella me presente, estaría corriendo el riego de perderla, después de todo se perfectamente quién es. Escuché pasos acercarse, me transforme en felino y esperé hasta que los pasos estuvieran más cerca para confirmar que realmente se acercaba una persona. Escuché la perrilla siendo girada, salte de la cama y me escondí bajo un mueble para luego así la puerta ser abierta.

Isaac.

Al abrir la puerta encontré a mi hermana durmiendo como una princesa, eché un vistazo a su reloj, las 6:56am, debía de ir a la secundaria. Me acerqué a su cama, al ya estar cerca la observé y me lancé sobre ella, se sobresaltó y giro a verme.

— ¡¿Que haces en mi habitación?!

— Puedo entrar a tu cuarto cuando guste.

— Claro que no, tú no me dejar entrar al tuyo, siempre está cerrado.

— Nunca vas. —me defendí—.

— ¡Ya! Quítate de encima. Aún no me dices que haces aquí. —me levanté de su cama y tomé su sábana, comencé a caminar mientras la retiraba destapandola, consiguiendo una mirada de enojo por su parte—

— Levantate, ¿Quieres? Tienes que ir a la secundaria.

— ¿Ah? Si, claro. —miro para a distintos lados buscando algo, al parecer era importante—.

— Me iré. —dije al ver que no me había escuchado—.

— Si, ya largate.

— ¡Te quiero! —dije mientras salía de la habitación y cerraba la puerta tras de mi—.

Janet.

Una vez se fue de la habitación, me levanté apresuradamente y dirigí mi vista a cada lugar del cuarto, pero no lo encontraba, ¿Donde estará? Entré en el baño y no había nada, cuando salí, lo vi saliendo debajo un mueble para luego transformándose. Suspiré aliviada.

— Creí que te habías ido. —dije mientras me lanzaba a sus brazos—.

— No me iré de tu lado. —dijo en un tono suave—.

Sonreí ante eso y nos quedamos un tiempo más abrazados, hasta que él se separó y se quedó mirándome fijamente a los ojos. Estaba acortando la distancia entre nosotros, estaba poniéndome nerviosa, así que giré mi rostro haciendo que besara mi mejilla, y sonreí.

Sentí como su expresión cambiaba a una molesta, a pesar de no verlo y de no sentir su rostro con el mío, sabía perfectamente que expresión llevaba. Nos separamos un poco y sonrió, acto que imite, pero volvió a acercarse y susurrando.

— Deberías de preparate para irte, se te hará tarde.

¡¡Maldición!! Lo había olvidado, eché un vistazo al reloj y tenía razón, se me estaba haciendo tarde. Apresure el paso y tomé una toalla, luego entre al baño. Namikaze se había acostado en la cama mientras leía en libro que había dejado la noche anterior.

Termine de bañarme y envolver mi cuerpo con la toalla, salí e hice unos cuantos pasos hasta llegar al armario pero detuve mi caminar al sentir una mirada en mi. Volteé encontrándome con un Namikaze ruborizado y mirándome.

— ¿Que crees que haces?

— Olvidé llevar la ropa. —dije nerviosa y volteando hacia el armario—.

— No deberías de salir así conmigo aquí. —dijo para luego volver con su lectura. Reí levemente ante su comentario. Cuando termine de buscar lo necesario, volví de nuevo al baño a cambiarme—.

— ¿Puedes decirme la hora? —grité para que pudiera oírme—.

— Aún tienes tiempo.

— ¡Dime la hora!

— Ash... Son las 7:16, por suerte entras a las 7:40.

Termine de vestirme y nuevamente volví a salir, tomé mi mochila y guarde las carpetas y algunos libros. Al terminar giré a verlo, había dejado el libro, ahora estaba sentado en la cama, y tenía los ojos cerrados, me acerqué y me senté en la cama observándolo, me incliné un poco hacia él.

— ¿Me escuchas? —dije susurrándole—.

— ¿Uh?

— No dejes que alguien te vea, ¿Si?

— No te preocupes, esteré bien. —dijo tomándome la mano—.

Pase la yema de mis dedos por su mejilla a lo que sonrió, abrió los ojos y quedamos observándonos nuevamente por lo que comenzamos a acercarnos, y nuevamente estaba nerviosa.

— Tengo que irme. —besé con dulzura su mejilla y me dirigí a la puerta—.

— Espera. —dijo volviendo a tomar mi mano—.

No espero a que le respondiera y unió nuestros labios dando inicio a un beso lleno de amor y ternura, podía sentir como los colores subían a mi rostro. Cuando se separó me abrazó, a lo que le correspondí gustosa.

— Tengo que irme. Ten cuidado. —dije una vez que nos separamos pero aún seguía sonrojada—.

— Tu también ten cuidado... Y te esteré esperando.

Me acerqué a él y posó su mano en mi cintura, y besé su mejilla, me alejé lentamente y lo miré a los ojos diciendo un "Debo irme", asintió y sonrió de lado.

— No haz soltado mi cintura aún.

— No quiero alejarme de tu lado. Déjame ir contigo.

— No puedo, debes quedarte. —dije pasando mis manos por su nuca—.

Se puso serio... Oh por dios, nunca lo vi así, siempre tiene una expresión agradable en el rostro pero ahora es diferente... Estar serio lo hace ver más... Rudo, frío... Simplemente no existen palabras para describirlo y describir lo que produce.

— ¿Me dejas irme?

— Si me das un beso. —dijo firme—.

Me mordí levemente el labio inferior un rato y me acerqué más a él y uní nuestros labios. Al separarnos me dio un beso de piquito y sonreímos, nos separamos completamente, y con una última mirada, salí de la habitación mientras una sonrisa boba se posaba en mis labios al pensar en nuestro beso.

Huellitas Mágicas 🐾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora