- Mi señor. -dijo un chico haciendo una leve referencia-.
- ¿Que quieres? Procede de una vez.
- Hemos cumplido con su pedido. -volteo a verlo-. Tenemos a Namikaze en una de nuestras bases. -al escuchar esto, el que parecía ser el mayor, dejo de pensar para salir de su mundo y prestarle completa atención-.
- ¿Dónde está?
- Donde se encontraba su dichoso "hijo".
- Bien. Quiero que lo vigilen y que no escape. -dijo para pasar a un lado del jóven y sentarse en su trono-. Es hora de que comience. -dijo mirando al mensajero a lo que esté asintió, hizo una reverencia y se retiró-.
Al ya estar solo comenzó a reírse, puesto que al final tendría su venganza después de tanto tiempo. Movió levemente su rostro hacia un lado para observar una espada y sonreír, se acercó a ella y paso suavemente sus dedos.
- Pronto podrás enterarte en su cuerpo y hacerlo sufrir como debió hacerlo todos estos años... Espero que haya sido feliz. -rió-. Después de todo él... -frunció el ceño-. ¡Lexacks!
A los pocos segundos, seis chicos aparecieron atrás suyo, arrodillados. Cada uno tenía una cicatriz en su hombro izquierdo dandoles un significado de su puesto. Volteó a verlos.
- Saben cuál es su deber. -asintieron-. Quiero que vayan por lo que él más quiere, y si es necesario matenlos, es una chance ahora que está con nosotros... Es una orden, quiero que la obedezcan tal y como dije.
- ¡Si, señor! -y sin más desaparecieron de su vista-.
Namikaze.
Comenzaba a despertar, no sabía dónde estaba pero si tenía una idea en mente por lo poco que pude divisar. Había una pequeña luz que solo ilumina mi persona, el resto solo era oscuridad, bajé la vista y pude notar fácilmente aquel mosaico color verde oscuro. Si tan solo pudiera mover la luz para iluminar.
Trate de usar uno de mis poderes pero era inútil, había algo en la habitación que me impedía usarlos así que fui por lo original. Comencé a mover mis manos, que se encontraban atadas, con la intención de poder desatarme pero era casi imposible.
Este lugar no se puede encontrar por ningún método, pero lo importante es salir y con vida. Seguí forcejeando contra la soga hasta que logré sacar una mano y acto seguido la otra, rápidamente bajé mis manos hacia mis pies y desate la soga. Me levanté y al dar tan solo unos pasos para salir de la luz, sentí como algo se acercaba a mi, y un olor putrefacto invadía el lugar. Automáticamente tuve que tapar mi nariz y esquivar lo que sea que haya venido hacia mi pero desapareció.
Dejé de perder el tiempo y avance rápidamente buscando una puerta pero solo encontré el foco de luz, y la encendí pero fue un error. Había varios cuerpos, con sangre, con partes faltantes y hasta sin órganos; ese era el olor putrefacto, pero unos cuerpos se levantaron y se acercaron a mi. Como acto reflejo solo pude apagar la luz y esperar para saber qué estaba sucediendo, solo oí como se alejaban y se acostaban en el suelo, respire aliviado al saber que había terminado pero no del todo.
Seguí caminando con cuidado mientras tocaba las paredes para encontrar la salida, hasta que di con ella. Trate de abrirla sin hacer mucho ruido pero no cedía, así que tome el valor de enfrentar lo que hubiese del otro lado y comencé a patearla. Podía escucharse como faltaba poco para derribarla hasta que oí unas voces.
- ¿Que es ese maldito ruido?
- De seguro son esos animales que quieren salir, o de seguro les dejaron la luz prendida.
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Huellitas Mágicas 🐾
RandomElla es Janet, tiene diesiciete años, su cabello llega hasta un poco más debajo de sus hombros, es de un color marrón intermedio y sus ojos son del mismo color, va a la preparatoria. Es una chica simpática, amable, cariñosa, le gustan los animales...