Caminando se dirigía a donde estaba naraku, pero sin que se diera cuenta unas telarañas se envolvieron por todo su cuerpo, inmovilizándola al instante.
- pero miren que tenemos aquí - escucho la voz de naraku detrás de ella.
- suéltame - demando con los dientes apretados.
- pensé que me había librado de ti, pero me equivoque... eres un oponente fuerte, para ser solo de barro y hueso - dijo mientras se ponía en frente de ella.
- te voy a matar naraku... aunque me cueste la vida - escupió sin mostrar miedo.
- no veo necesario a tanta palabra - se burlo - jamás me derrotaras...
- eso ya lo veremos - en eso aparece sus serpientes cazadoras de almas y enrollaron a naraku - este es tu fin naraku - zafándose de la telaraña. Estando libre llevo sus manos a cada hombro de naraku y se concentro en todo su poder que le quedaban. Después de unos minutos una gran explosión de rosado claro se asomo por todo el bosque llamando la atención de todos.
Inuyasha sin perder tiempo se fue a averiguar de donde provino ese resplandor. Sesshomaru también se estaba dirigiendo en donde provino ese resplandor.
Viendo todo blanco, sintió como su cuerpo se quedaba sin energía, sus almas muertas abandonaban su cuerpo, se sentía débil, sus serpientes cazadora de almas fueron purificadas en el proceso, sintió su cuerpo caer, pero sintió como alguien la atrapaba para que no se impactara contra el suelo. Abrió sus ojos lentamente, ojos dorados, ¿era inuyasha? o es sesshomaru?
- todo volverá kikyo... te lo prometo - le escucho, esa voz no pertenecía a ni uno de los dos, esa voz pertenecía a ese sujeto, nunca supo su nombre... nunca le pregunto.
- ¿como te llamas? - pregunto en un susurro débil.
- mishori - contesto - tu hermano vendrá - fue lo ultimo que escucho antes de caer inconsciente. Sabia que todo iba a cambiar cuando despierte, y no sabia el motivo, no quería... no quería despertar y ver que todo cambio... se negaba.
Ahora ella estaba entre la vida y la muerte, ella tenia que decidir si vivir o morir, solo ella tenia en sus manos la llave de su propia vida, ella tenia que decidir.
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