Los días pasaron e inuyasha se habia olvidado del asunto de sesshomaru.
El grupo de inuyasha seguía caminando con su grupo, pero sin querer se topan con kikyo, pero la miko de arcilla se notaba muy débil y eso se dieron cuenta todos, cuando inuyasha iba a alcanzarla pero unos tentáculos muy conocidos se atravesaron entre la miko y él, pero no solo fue ella, también fue a aome a la que capturo. Kikyo estaba muy débil como para poder defenderse y atacar, su reencarnación no tenia su arco y flechas así que tampoco podía zafarse.
- inuyasha, si me atacas, las dos morirán - amenazo naraku teniendo a las dos en lados contrarios.
- maldito - dijo con los dientes apretados.
- inuyasha, la vida de ellas, de penderán de ti - dijo - ¿a quien eliges inuyasha? - pregunto con una sonrisa cruel.
- yo... - dudo. No podia dejar a morir a kikyo, pero tampoco podía dejar morir a aome, kikyo ya esta muerta, y aome tenia familia en el otro lado del pozo, así que tomo su elección - a... aome - susurro su respuesta.
Esa respuesta la dejo en shock a kikyo, no sabia en que pensar, no podía ni reaccionar. Naraku con su sonrisa, soltó a kikyo dejándola caer en un precipicio con púas de piedras en el final. Mientras que a aome la dejaba a lado de sus compañeros.
Cuando el rastro de kikyo se desvaneció, todos se fueron, incluso naraku, pensando que por fin se habia librado de aquella sacerdotisa, pero lo que nadie conto, era que kikyo se sujeto de unas de las raíces que sobresalía de las rocas, con sus fuerzas apoyo sus brazos en el suelo para poder salir de la muerte, con sus pies teniendo impulso, salio y se arrodillo en el suelo de piedra, con sus lagrimas recorriendo sus mejillas, apretó los dientes al saber que no podía tener jamas a inuyasha. Levantándose se incorporo con tambaleo, pero una voz detuvo sus acciones.
- ¿que haces aquí? - preguntó con su misma voz neutra.
- ahh, eres tu... - dijo con decepción en su voz - eso no te debe de importar - dijo con su voz apagada mientras se iba del lugar.
- estas llorando por él ¿verdad? - preguntó deteniendo las pasos de kikyo.
- no... no quiero hablar del tema - contesto en un susurro. No sabia porque o como, pero sus pies fallaron y cayo inconsciente al suelo, ya no quería despertar, si fuera por ella que nunca más abriera los ojos.