Salió al balcón de su departamento y contempló el hermoso sol que iluminaba el cielo. Extrañaba este paisaje, hace tiempo que no se veía una mañana soleada, al parecer poco a poco el invierno parecía marcharse, para darle paso a la estación favorita de Nina: La primavera. Ya se podían ver los primeros brotes en algunos árboles y plantas en las calles. Estiró sus brazos con fuerza, mientras entrecruzaba los dedos al tiempo que llenaba sus pulmones de aire. Miró a su costado, Momo descansaba cómodamente sobre la silla de la terraza, al igual que ella, disfrutaba de este bello día; podía sentía la tibieza en su piel, esa cálida sensación tan característica del sol de la mañana.
Se dirigió a su escritorio y sacó un post-it amarillo junto a un lápiz, luego escribió "Muchas gracias por todo", Nina creyó que era mejor no entrar en detalles, algo general estaría bien. Tomó la pequeña hoja y la pegó en la primera página del libro de poemas que le regalaría a Alex. Posteriormente, lo introdujo con cuidado en la bolsa de papel junto a su ropa.
—Ya Momo ¡A despertar! tenemos que irnos —exclamó al tiempo que sacaba la jaula de transporte.
Pero la gatita estaba tan cómoda en su lugar, que al escuchar su nombre sólo atinó a levantar su cabeza sutilmente, para luego volver a acomodarla en la misma posición.
Nina la sostuvo con cuidado y la empujó a la Jaula, claramente Momo no estaba muy feliz, pero a los pocos segundos, se echó nuevamente a dormir. Tomó su bolso y lo cruzó en uno de sus hombros, para llevar la bolsa y a Momo hasta el estacionamiento.
El tráfico estaba particularmente lento el día de hoy, miro su celular rápidamente, necesitaba llegar antes de las diez para que su plan funcionara.
«No puedo creer que esté haciendo todo esto para evitar encontrarme con un chico de veinte, tal vez sólo debería fingir que no pasó nada... Tal vez él ya lo olvidó, o al menos no le dio importancia... Debe estar con un montón de trabajo, además, si hubiese querido contarlo, Puko ya lo sabría».
Nina intentaba racionalizar sus propias acciones, pero cuando creía convencerse de que lo mejor era enfrentarlo, imaginaba el rostro de Alex frente a ella y el rubor poco a poco comenzaba a aparecer en sus mejillas.
«¿Por qué me importa tanto lo que ese chico pueda pensar de mí?, si luego que termine las historias probablemente no vuelva a verlo en toda mi vida, al menos no en persona. Y él, se volverá alguien inalcanzable, dudo que se acuerde de mí en un tiempo más».
Ese último pensamiento por alguna razón la inquietó.
«Lo mejor es seguir con el plan inicial, sí, definitivamente. No puedo distraerme con temas triviales, Tengo que terminar estas historias y asegurarme que sean un éxito, eso es lo único que importa por ahora».
Estacionó el auto en la vereda del frente. Bajó la jaula y la bolsa para Alex, cruzó la calle con cuidado deteniéndose en la entrada del estudio. Dudó unos momentos antes de tocar el timbre, pudo sentir cómo su estómago se contraía, sabía que era por los nervios, pero ahora es cuando debía disimular y sacar a relucir todos sus dotes histriónicos.
Se escuchó un ligero sonido seguido del movimiento de la puerta al abrirse. A los segundos vio la silueta de Judith, la asistente de Robert, dirigirse hacia ella.
—Hola Judith ¿estás sola? —preguntó ansiosa.
—No, Robert está en la oficina ¿y esa gatita? —dijo mirando a Momo a través de la jaula.
—Es mía, la traje porque debe vacunarse, aproveché el viaje —respondió sonriendo—. ¿Y los chicos ya llegaron?
—No aún, por la hora deberían estar cerca, sólo está Alex, aunque desde temprano está encerrado grabando.
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Tal vez yo, tal vez tú©
Romantik(FINALIZADA) ¿Sabes cuál es la peor forma de terminar una relación? Nina sabe bien de eso. 27 años, independiente, talentosa, con un trabajo soñado y hasta hace tres meses con el amor de un novio perfecto... o tal vez no tan perfecto y tampoco ta...