—Entonces ahora tengo una cita doble —explicó Fluke sentándose en el sofá de la habitación que compartía con Liam— ¿Qué haré ahora?
—Lo único que sé es que lo estás complicando todo —dijo Liam sentándose a un lado de su amigo— ¿Por qué no le dices a Ohm que aún le quieres?
—Li, sabes lo que pasó la última vez —repuso Fluke— Y no quiero que vuelva a pasar lo mismo. Sabes que no podría soportarlo.
—Pasaron muchos años, quizás está vez sea diferente.
—Lo dudo mucho, en todo caso lo único que quiero es que no me hable.
—Y ¿por eso aceptaste salir con Drew?
—preguntó Liam levantando una ceja.—Si, pero Ohm tenía que entrometerse —dijo soltando un gemido lastimero.
—Fluke, ¿Te gusta Drew?
—Es simpático.
—Eso no responde mí pregunta —repuso Liam— ¿Te gusta o no?
—No —negó Fluke— pero con el tiempo quizá-
—Con el tiempo quizá él termine enamorándose de ti pero tú, por el contrario, no, ¿Esa situación no te parece conocida?
—Tienes razón, pero —soltando un suspiro— ¿Qué debería hacer?
—Decirle la verdad —manifestó Liam— Es más, en éste momento quiero que lo busques y le aclares las cosas.
—Bien —aceptó sin mucho ánimo.
(...)
Miraba alrededor tratando de localizar a Drew pero no lo encontraba, y la verdad es que Fluke no quería ir a buscarlo a la casa de su hermandad porque corría el riesgo de encontrarse con Ohm.
—Hola Fluke.
Maldición.
Hablando del rey de Roma.
—¿Me estás siguiendo o algo así? —preguntó Fluke dándose media vuelta para enfrentar a Ohm— ¿Debería llamar a la policía?
—Lo siento —se disculpó soltan una risa— Es solo que te ví buscando a alguien y creí que me buscabas a mí.
—Busco a Drew ¿Lo has visto? —cuestionó Fluke.
—Si, creo que fue a entrenar, supongo que está en la cancha —informó Ohm.
—Rayos —susurró— Bueno será mejor que vaya a buscarlo.
—Espera, Fluke —detuvo Ohm— Hace un rato estuve hablando con mí amigo y me aconsejó que sea sincero con respecto a mis sentimientos.
—Aja ¿Y? —repuso Fluke.
—Es solo que, no sé cómo empezar.
—Bueno, cuando lo averigües me buscas —manifestó Fluke pasando por una lado de Ohm.
—Tambien me gustas —dijo Ohm deteniendo a Fluke del brazo.
Fluke se quedó paralizado.
¿Había oído bien?
—¿Qu-qué?
—Habia querido decirte ésto cuando me lo dijiste tú primero —explicó Ohm— Pero ahora es diferente porque-
—No —habló Fluke soltándose abruptamente del agarre de Ohm y retrocediendo un paso— Debes estar bromeando.
—No estoy bromeando —manifestó Ohm— Tú me-