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Estábamos con Diana y con Cole en la casita, yo y Diana escribíamos, Cole dibujaba.

El día estaba nevado.

— No puedo creer que no nos hayan dejado ir.

— ¿De nuevo con ese tema? —Diana llevaba una semana hablando de la fiesta de la tía josephine, y de que era muy injusto que no la dejaran ir— aceptalo Diana, no vamos a ir.

— Pero podemos idear un plan

— Dijiste plan —le respondí— cuentame.

— Bueno, Cole nos podría acompañar, sabes que mis padres son chapados a la antigua.

— Y yo podría sobornar a Marilla con comida.

— Jaja Anne! —dijeron Cole y Diana al mismo tiempo.

— Quee? pero si es verdad, siempre cede con comida

— yaaa —dijo diana—, ¿Cole?

— Nunca les dije que quisiera ir.

—Cole... —dijo diana, con una notoria decepción en el rostro

— No tan rápido, velocista —replicó—, pero con el plan perfecto iré.

Pasamos toda la tarde planeando algo decente, al final quedamos en que Cole iba a ir a hacer unos encargos para la tía josephine, y que nosotros lo íbamos a acompañar. Quedamos en vernos mañana a esta misma hora.

Me fui feliz a Green Gables repasando mis líneas.

— Hola Marilla, ¿cómo estás?

— Anne, qué quieres, nunca me preguntas qué cómo estoy —dijo Marilla riendo.

— ¿Puedo cocinar hoy?

— Bueno, haz arroz

Me fui a la cocina a sacar todo lo que necesitaba, puse a hervir el agua, y saqué el arroz, luego puse el aceite en la olla.

Me senté en la mesa a revisar mi celular, había descubierto una aplicación que se llamaba wattpad, era realmente entretenida.

Al cabo de un rato, algo empezó a sonar

Aaaa era el aceite.

— Okey, Anne tú puedes, nada malo va a pasar —me dije mientras cortaba las zanahorias—,  repentinamente, me acordé de gilbert, y ese beso.

Le resté importancia, solo que la escena se seguía repitiendo, una y otra vez.

Cuando termine de hacer el arroz, me senté en la mesa, ahora solo faltaba esperar.

Empecé a leer fics (son adictivas esas cosas), me termine uno, y el final era lo peor de todo, empecé a llorar, no podía creer que se había muerto al final, sentí que alguien tocaba la puerta, y luego la voz de Gilbert, me sequé las lágrimas lo más partido que pude, pero aun asi seguian saliendo.

— Anne hola —Gilbert estaba en la cocina, y yo en ella, llorando —todo bien?

— S-si, s-solo estuve picando cebollas, nada grave, ¿que pasa?

— Necesito a Matthew, ¿sabes dónde está?

— En los establos

— Oh, no lo vi, pero voy a revisar de nuevo, gracias, Anne. * inserte mirada matadora*

Saqué el arroz de la olla, y lo serví en unos platos, y puse la mesa

Comimos en silencio, el arroz estaba un poco quemado, por no importaba, Matthew me contó que gilbert le había dicho que estaba llorando, y que había preguntado que si estaba bien «se preocupó por mi»

Una historia diferente | awae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora