Capitulo 11.

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Capitulo 11.

"Fuego y tensión"





Aquella pequeña niña miraba con atención la forma en que su padre trabajaba con esas "plantas curativas" la forma en que sus manos se movían con suma delicadeza desojándolas y triturándolas con esa sonrisa tan característica que le hacían notar el amor en lo que hacía, sus ojos verdes tan parecido a los suyos la buscaron y con un asentimiento de cabeza le pidió que se acercara.

-¿Hueles esto pequeña?- Aquel hombre acercó sus manos que mantenían una mezcla de hiervas que tenían un olor muy característico que la hicieron arrugar la nariz, aquel hombre rio ante la reacción y se acercó para besar su frente ahogando una pequeña risa - A pesar de que su olor no es el mas agradable, te asegurara que ayudará con eso - Agarró con cuidado aquella mano que ahora tenía un pequeño escozor al verse quemada por sus mismos poderes, poderes de los cuales ella no tenía idea.

- ¿Mejor? - La pequeña niña no contestó, siguió fija su mirada en las acciones de su padre, como aplicaba aquella "pasta" sobre toda la palma de su mano e inmediatamente aliviaba el ardor en ella, su semblante cambió por completo, ahora estaba tranquila sintiendo la frescura y el aroma relajando cada nervio de su cuerpo, sus grandes ojos verdes miraron con sorpresa a su padre asintiendo erráticamente, quien acariciaba su cabello con dulzura

- ¿Puedes decirme que fue lo que paso, ma belle fleur?- Al instante su expresión cambió, ella bajo la mirada e inmediatamente Adrien Delacroix supo lo que ya se imaginaba, el levantó su mirada colocando un dedo sobre su barbilla para que sus ojos conectaran y esbozó su sonrisa más llena de amor que pudiera existir, al momento notó como la pequeña Lauren tomaba una suave bocanada de aire antes de contestar

-Lo siento papá, yo no quería hacerlo- Adrien besó cada una de sus mejillas para después ponerse en cuclillas para estar a su altura

-¿No querías que, belle? - Él esperó paciente a que la pequeña niña de tan solo siete años contestara, debía aceptar que estaba un poco sorprendido de que sus poderes se presentaran a una edad tan temprana, ya que el registro de actividad mágica en un mago empieza de los diez en adelante, incluso en muchos magos tarda más de lo pactado, pero desde que Lauren nació y dada también las circunstancias en las que fue engendrada, muy en el fondo sabía que ella seria un ser especial y nuevamente, no se equivocó.

-Yo... yo estaba muy molesta, tras las montañas había un par de niños que estaba torturando un pequeño cordero, les pedí que pararan, pero ellos solo me gritaron cosas feas y siguieron lastimándolo- Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas y la preocupación de Adrien aumentó, intentó notarse sereno para no mortificar más a Lauren quien parecía que en cualquier momento se soltaría llorando como nuca.

- ¿Qué pasó después, cariño? ¿Lastimaste a alguno de ellos y por eso estas así? - Intentó sonar lo más dulce posible, acariciando ahora su espalda reconfortantemente, sentía como el tiempo era un arma de doble filo y lo único que pensaba era en protegerla si Lauren por accidente había desatado otra guerra como la que acabó con el amor de su vida, no iba a dejar que le arrancaran la otra mitad de su corazón, pero para su alivio, la vio negar con la cabeza

-Ellos lo mataron papi- De sus grandes ojos brotaron las primeras lagrimas- Pensé... pensé en hacerlo- Ella subió su mano izquierda para que su padre la viera- Pero empezó a quemar y me asuste mucho, quise salvarlo, pero fue demasiado tarde- Se le devolvió el alma al cuerpo a ese hombre quien sin dudar abrazó a su hija fuertemente, sus ojos se llenaron de lagrimas ante su puro corazón, no tenia duda de la pureza que habitaba en ese pequeño ser, la abrazó por minutos hasta que su llanto ceso, limpió sus lágrimas con el pulgar de sus dedos y besó su frente para después mirarla fijamente

Pasternomi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora