Pasternomi.

Capítulo 20.

Capítulo 20.

"Aguas traicioneras"

Despertarse el día siguiente fue una agonía, no tanto por la resaca, si no por la cruda moral que la hacía sentir asqueada de si misma, levanto odiándose, detestando tener un corazón tan débil y terco, por que a pesar de las palabras, los mil y un rechazos, seguía atada a ella, deseándola incluso aún más que ayer.

Cuando Lauren salió por esa puerta pasaron mil cosas en ella, sentimientos de odio por la forma tan cruel y despectiva en la cual la trató, poniendo en duda sus sentimientos y juzgándola por quererla aún sabiendo lo que eso conllevaba, sintió tanto enojo tanto con Lauren como con ella misma, sabía que una parte de sus palabras tenían razón, pero, eso no significa que sus sentimientos hacia ella fueran un "error" o incluso un "capricho" a ese punto ella sabía que no habría nada, absolutamente nada que lograran sacarla de su mente y corazón, una punzada dolorosa se clavó en su pecho, sus latidos incrementaron al llevar a la realización de que lo que sentía por ella, era incluso más fuerte de lo que creía.

Camila bufó exasperada, parándose de golpe de aquella biblioteca, había pasado toda la mañana intentando descifrar esa maldita planta para su "actividad" extraescolar que ya el dolor de cabeza era más que insoportable, en unas horas tenía que entregar aquella poción y sinceramente lo único que había logrado hasta ahora, era "nada" no podía concentrarse teniendo la situación de ella y Lauren todo el tiempo en la cabeza, Lauren, incluso pensar su nombre ponían su cabeza a girar, mentiría si dijera que no la había buscado con la mirada más de una vez en alguna clase, pero ella parecía tan fría e indiferente que nunca, incluso por lástima hizo el intento por verla, reafirmándole lo que esa noche se empeñó en dejarle claro, jamás sería capaz de quererla.

-Dios, por fin te encuentro, donde coño te habías metido, Camila? Seguramente escondiéndote de Alexis...- Camila le mandó una mirada de advertencia, haciéndole ver que no estaba de humor para sus regaños

-Ya se lo que hice, Ella, para con eso, no estoy de humor- Camila dijo tajantemente, empezando a caminar sin siquiera mirar a su mejor amiga quien intentaba mantenerse serena ante una Camila claramente mal humorada

-No estas en la disposición de enojarte-

-Hablo en serio, hoy no quiero saber nada de nadie- Sentenció sin siquiera voltear a verla o hacer el intento de pararse a dialogar con ella, la chica de cabellos de Luna, sabía a la perfección que su mejor amiga estaba en un estado de "peligro" así que solo se dio la media vuelta y dejó que se perdiera entre el sonido del lago y el canto estruendoso de aquellas aves poco amigables.

——
Lauren no entendía si se trataba de otro "Don" más a su lista de "maldiciones" pero podía sentir el ambiente tan pesado que le costaba respirar, como si presintiera un presagio del cual siendo sinceras, no quería ser partícipe, por quinta vez consecutiva volvió a tomar una onda respiración, pero en cada nueva inhalación, el aire parecía quemarle las fosas nasales impidiendo que aquella calma llegara.

Sus ojos volvieron a estudiar el perímetro, ella no lo sabía, pero sus ojos siempre estaban buscándola, había prometido no acercarse a Camila, ni interactuar más con ella para lograr que esos "lazos emocionales" comenzaran a romperse, pero simplemente no podía evitar estar al pendiente de ella con ese presentimientos atormentándole el pecho, la última vez que la vio fue con Elle, hace treinta minutos y por la reacción de esta, sabia que también Camila estaba teniendo un mal día.

Sin siquiera pensarlo sus pasos iban dirigíos a donde la vio perderse por última vez, cerca del lago, detestaba el sonido de las olas golpear las piedras y ese olor tan característico que muchas noches le dio nauseas por días, el lugar parecía extrañamente silencioso y deshabitado lo cual encendieron sus focos de alerta.
Sus pasos comenzaron hacer más rápidos y concisos, ojos verdes viajaban de un lado a otro intentado localizarla, pero lo único que veía era la inmensidad del lago y la arena que hacía sus pies más pesados al andar.