Pasternomi.

Capitulo 7.

Capitulo 7.

"Dulce mar sin calma".

Era domingo por la mañana, había amanecido con ese tipo de clima que te hacen sentir con un cansancio agotador todo el día, la grande neblina no dejaba ver el cielo azul y los fuertes aires fríos que se colaban tras tu ropa te hacían tener escalofríos cada tres segundos queriendo no salir de tu cama por nada del mundo. Los días en Pasternomi nunca eran los mismos, siempre había algo que lo cambiaba, jamás sabias si llovería o saldría el sol, nunca estabas consciente si ese día conocerías ese hechizo que salvaría tu vida o la condena perfecta de la cual muchos venían escapando, era como estar en una ruleta de la suerte, nada estaba escrito, solo esperabas correr con suerte.

A Camila le gustaban los fines de semana aun con sus miles de en contras, el instituto estaba mucho mas tranquilo ya que muchos alumnos preferían pasar su fin en alguna instalación lejana del castillo o los privilegiados, en casa con sus familiares, haciendo que el lugar fuese extrañamente silencioso y deshabitado, ella aprovechaba para visitar sus lugares favoritos, empezando por aquella enorme biblioteca, amaba el olor a pergamino y hojas viejas, el sonido de la pagina al ser cambiada, las letras que habitaban en muchos de ellos, existían un sinfín de libros, pero debía admitir que sus favoritos estaban en la "Sección prohibida" era un área que pocos magos lograban acceder ya que muchos libros solo se rebelaban en las manos de quienes ellos elegían, eran libros que tenían en su interior magia poderosa, hechizos de magia oscura u otro tipo de información no apta para el público en general, pero que sin duda enriquecían su conocimiento para darse cuenta que no solo en su mundo existían ese tipo de criaturas que ponían a toda una humanidad en peligro.

Camila se estiró un poco después de devorar ese pilar de libros, no tenia idea de que hora era, de igual manera, en ese lugar había aprendido a no darle importancia a ello, el tiempo se volvía irrelevante, sus ojos marrones corrieron por el lugar, solo un par de caras que parecían sumidas en esas líneas, una pequeña sonrisa se trazó en sus labios para emprender su camino fuera de su "Fascínate lugar" e inmediatamente cuando sus pies pasaron esa puerta y su mente dejó de estar ocupada, su imagen colapsó en su cerebro, su cuerpo se llenó de una ansiedad que le provocaban un cosquilleó en la boca del estómago y un picor en las palmas de sus manos, ella se abrazó a su cuerpo mientras su pies cobraban vida propia guiándola inconscientemente a donde en esos momentos, quería estar.

---

-No hemos tenido pruebas así durante siglos- Informó con suma confusión en su voz Clare Dimonte, profesora que impartía la asignatura de "Pociones". Toda esa "caballería" de profesores de esa institución miraban con desconcierto a su directora quien se mantenía serena con esa expresión indescifrable en su rostro

-Bueno... Creo que ha llegado la hora de comenzar con un cambio- Musitó con naturalidad para después esbozar una suave sonrisa, todos intercambiaron miradas atónitas, pero la mirada que mas helaba era la de Hugo, quien parecía saber a la perfección las intenciones de su madre.

-Pensé que las pruebas no eran para superaciones personales- La voz de Hugo salió como mil cuchillas, ahora la atención estaba en ellos, madre e hijo declarándose una guerra silenciosa con la mirada

-Todas las pruebas son para superación personal, profesor Gouttman- Dijo tajantemente - Cada quien combate contra sus propios miedos, cada quien sabrá como abordar la prueba independientemente cual sea esta, es lo que siempre hemos estado implementando- Sus ojos azules volvieron a todo el consejo que parecían temerosos de dar su opinión ante la clara tensión entre ellos dos - Y es lo que siempre hace que salgamos victoriosos de ellas, nuestros alumnos jamás nos defraudan- Hugo soltó una pequeña carcajada que hizo que ese lugar ardiera