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No mentiré, tu no fuiste mi primera vez, pero sí la primera vez que me sentí cómoda con alguien que manipulaba mi cuerpo con una delicadeza de la cual no me creía digna. Me llevaste a casa y me besaste dentro de tu auto con desespero. Esa noche dormí tan plácidamente recordando tus manos recorriendo mi cuerpo, haciendo cosas conmigo que jamás experimente.

Spencer me habías hecho sentir la chica más bonita del planeta, para ti esa noche yo era mucho más que una chica escuálida y poco atractiva.

– Eres hermosa Hannah – susurrabas en mi oído mientras en el auto se escuchaban mis gemidos de placer – Tan bonita y eres mía Hannah solo mía, mi perla – de solo recordar tus palabras todo mi cuerpo se sentía estallar en llamaradas.

Esa noche pude sentirme ella.

No soy ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora