33

263 34 12
                                    

Con Ian comenzamos a tener más salidas y el no temía que nadie nos vea en público. Al contrario, cuando nos cruzábamos con sus amigos el me presentaba como su cita. Las cosas entre nosotros iban lentas, pero me gustaba que fueran así, me hacía sentirme especial y mi corazón comenzaba a acelerarse cada que lo veía.

– Al fin no olvide darte tu campera – comento sacándole una risa a Ian, desde que comenzamos a salir siempre olvido darle la campera y esto comenzó a ser un chiste recurrente entre ambos.

– Gracias Hann me gustaría mostrarte mi agradecimiento – tomando mi rostro entre sus manos Ian besa mis mejillas despacio y por último lo hace en mis labios.

Mis piernas tiemblan y tengo que sostenerme apoyando mis manos sobre sus hombros, nuestro primer beso y fue como ver las estrellas.

No soy ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora